Miguel Ángel Ródenas llegó a la presidencia de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) en 2012 y desde entonces ha vivido varios momentos críticos, como el hundimiento del túnel del Trasvase Tajo-Segura en Ulea, que dejaba temporalmente sin agua a 100.000 hectáreas en pleno mes de agosto de ese año, y que se arregló en 2013; la gran riada de San Wenceslao, el 28 de septiembre también de 2012, que casi se llevó por delante la presa del Paretón y que pudo inundar Murcia y la Vega Baja; el grave problema medioambiental del Mar Menor; y la actual sequía que ya ha cumplido tres años.

La cuenca ya está, técnicamente, en situación de emergencia y el Trasvase lleva cuatro meses sin enviar agua. ¿Diría que es la sequía más dura de las sufridas?

Por ahora no lo es. La peor de las últimas, hasta el momento, fue la de los años 1992-1995, y tampoco se quedó atrás la de 2005-2007. En ambas tocamos fondo. Recuerdo que incluso en la de los años 90 no recibimos ningún trasvase del Tajo durante más de medio año.

Hoy inauguramos nuevo año hidrológico, el 2017-2018. ¿Qué balance hace la CHS del que acaba de terminar?

El abastecimiento no ha tenido ningún problema porque hemos podido completar con recursos propios, de los acuíferos y de la desalación, el agua que no ha llegado desde mayo del Trasvase Tajo-Segura. Y de las 260.000 hectáreas (mitad dependientes del Trasvase y mitad de regadío tradicional) de la cuenca, los primeros han tenido que echar mano de esos recursos extraordinarios. En las tres Vegas se ha desembalsado lo que han necesitado, pero como ha sido un año deficitario en cuanto a la entrada de agua, se ha consumido más que lo recogido, por lo que vivimos de las rentas. De hecho, desde la riada de San Wenceslao del 2012 y de las nevadas de la primavera del 2013 no hemos vuelto a tener aportaciones que llenen los embalses. Pero este año ya hemos bajado tanto que estamos en situación de emergencia: la cuenca está al 15% de su capacidad, la más seca de toda España.

¿Y las cifras del desastre?

Para regadío en la cuenca vamos a tener sólo 89 hm³ y necesitamos más de 330. El año pasado teníamos 212 hm³ al comenzar el año. Yo planteé en la última Junta de Gobierno de la CHS a los regantes hacer una restricción moderada de desembalses para riego para que pudiéramos acabar el año con más reservas, pero se negaron. Lo que sí puedo decir es que no se ha autorizado ninguna cesión de derechos de agua entre los regantes de las Vegas y los del Trasvase. Era imposible con la situación que tenemos. Tal vez sería buen momento para plantearnos ahora limitar los usos de riego porque estamos en una época de menores consumos y luego, en primavera, los árboles reclaman más agua.

¿Qué nos espera? ¿Mirar al cielo?

Vienen tiempos difíciles, pero tiene que quedar muy claro que el abastecimiento de la población es prioritario. Seguiremos utilizando todos los recursos de la desalación, como ahora que los tenemos al 100%, tanto de las plantas de Acuamed (Torrevieja, Valdelentisco y Águilas) como de las cuatro de la Mancomunidad de Canales del Taibilla, en San Pedro y Alicante. Los pozos del Sinclinal de Calasparra seguirán abiertos, y aunque hasta ahora los caudales sólo son para regadío, habrá que ver cómo se va desarrollando el año. También los pozos de El Molar seguirán en activo para el abastecimiento y el resto. Una de las grandes dudas es si tendremos suficientes aportaciones a los embalses. El año pasado entraron 220 hm³ y si son las mismas estaremos muy justos. Dependemos de lo que llueva.

¿Y que puede esperar el regadío que depende del Trasvase del Tajo?

De nuevo vamos a depender de lo que llueva y de los recursos subterráneos que podamos aportar, así como de algo de desalación.

Hace unos días el presidente de la MCT, Adolfo Gallardo, comentó que no habrá cortes de agua, al menos en lo que queda de año 2017. ¿Pero a partir de enero?

Veremos. Hasta finales de este año tenemos las variables controladas y no se va a cerrar el grifo. Lamentablemente, hay mucha incertidumbre en la predicción de lluvias para el otoño. Es una situación grave en la que hay que tener en cuenta muchas consideraciones. Pero no tener agua en el grifo sería un fracaso y hacemos todo lo posible porque no se llegue a eso.

¿Cómo se explica que se pueda llegar a cortar el grifo a 2,5 millones de personas de la Región de Murcia, Alicante y Albacete cuando en la cabecera del Tajo puede haber más de 200 hm³?

Esta cuestión no es de mi competencia, ya que excede a la cuenca del Segura, por lo que no puedo responder.

Mar Menor

Si por algo protestan los regantes del Campo de Cartagena es por todo lo que se está tardando en poner en marcha las actuaciones que ayuden al ‘vertido 0’ de salmueras y nutrientes al Mar Menor, y que les permita a ellos seguir pinchando el acuífero y regar con ese agua.

Lo que está ocurriendo en el Mar Menor es de una enorme complejidad, pues está en una situación muy delicada y tiene todas las protecciones ambientales posibles. La autoridad ambiental regional dio la voz de alarma sobre el regadío y la Confederación actuó en consecuencia. Hay que tener un control estricto sobre la salmueras, ya que el Mar Menor está sometido a una importante explotación de aguas subterráneas, con más de mil pozos autorizados, y se acaba de pedir la legalización de otros 200. Y construir todos estos pozos en un paraje protegido sometido a esa presión no se puede tomar a la ligera. Es, ahora mismo, uno de los problemas medioambientales más importantes y no queremos que la laguna se convierta en otro Doñana.

Pero la situación es extrema para los agricultores por la falta de agua. ¿No se podrían agilizar los trámites?

No se puede hacer nada sin que las administraciones competentes hagan sus informes sobre la evaluación ambiental presentada por la Comunidad de Regantes. Todos son necesarios y todos son vinculantes, y aún nos faltan algunos. Cuando esté toda la información se enviará al Ministerio, que debe decidir sobre su aprobación. No se pueden tomar decisiones precipitadas ni contra el medio ambiente, aunque sabemos que la situación de los agricultores es preocupante.

Ellos se sienten acosados. El último episodio ha sido el envío por parte de la Comisaría de Aguas de esas cartas personalizadas a los dueños de las desalobradoras para que las desmonten bajo amenaza de multa.

Estamos tomando todas las medidas para evitar los vertidos, porque ya no es sólo el Mar Menor sino también el acuífero y unas conducciones y unas ramblas a las que no se les puede hacer vertidos. Nuestra obligación es, cuando detectamos un vertido, cortarlo. No es acoso, es, simplemente, cumplir la ley.

Sin embargo, ¿no se está siendo menos estricto con los vertidos de las depuradoras, como la de Torre Pacheco, que cada vez que llueve vierte a la rambla sin depurar?

La Comisaría de Aguas es muy estricta con todo. Estos vertidos suelen diluirse con el agua de lluvias, pero si en algunos casos puntuales detectamos que llevan carga contaminante, se sanciona igualmente. Pero con carácter general, puedo afirmar que las plantas de la Región son las mejores del mundo y tienen un magnífico mantenimiento.

Pero seguimos esperando a esas obras contempladas en el proyecto ‘Vertido 0’ del Ministerio. ¿Está perdiendo el Ministerio sensibilidad hacia los problemas de esta Región?

Todas las infraestructuras incluidas están siendo sometidas a un macroestudio de impacto ambiental. Pero no se puede llevar a cabo ninguna actuación si no estamos absolutamente seguros de que es inocua y no va a agravar el problema. Nos jugamos muchísimo con el Mar Menor. Y no es cierto que haya menos sensibilidad en el Ministerio. Yo diría que el 40% del tiempo se dedica a los problemas del agua en esta zona. Es mucha la dedicación.

Cambiemos radicalmente de tema. En varias ocasiones han pedido su dimisión. ¿Se lo ha llegado a plantear?

Decir ‘no’ es ingrato y hemos tenido que tomar decisiones muy duras y hemos sido muy estrictos, sobre todo con el tema del Mar Menor. Pero yo soy funcionario y estoy en este puesto por designación del Ministerio. Y cuando en una Administración te encomiendan un trabajo lo tienes que hacer. Un funcionario no dimite. No me gusta abandonar y mientras me lo pidan aquí estaré. Sin embargo, tampoco tengo ningún apego al puesto; y si me dicen que viene otra persona, me iré sin dramas.