Entre los años 2000 y 2017 en la Región de Murcia sólo se han producido dos brotes de infección por anisakis en humanos, y ambos tuvieron lugar en 2015. Y, según informa la Consejería de Salud, hasta el momento no se tiene ningún caso aislado notificado.

Estos datos vienen a corroborar las estadísticas que manejan los expertos y que destacan que el riesgo de que los pescados estén infectados por este parásito depende de la zona geográfica donde vivan los mismos: en el Cantábrico este riesgo se dispara al 50%, mientras que los peces que llegan del Mediterráneo apenas alcanzan el seis por ciento. Las mismas estadísticas dicen que uno de cada tres pescados que se consumen en nuestro país están infectados por este gusano.

El anisakis es un parásito del pescado que llega al hombre de forma accidental, por vía digestiva, normalmente tras ingerir el producto crudo o insuficientemente cocinado.

Una vez en el organismo, puede producir dos cuadros: gastroenteritis, con vómitos, diarrea o estreñimiento, dolor abdominal y en casos raros, obstrucción. No suele ser grave y se manifiesta al día o dos días tras haberse comido.

Además puede ocasionar alergia al ciudadano que lo ha ingerido, lo que ocurre en aquellos casos en los que los afectados son alérgicos, produciéndoles desde urticaria hasta shock anafiláctico. En este caso, la reacción apenas tarda minutos o pocas horas.

La Consejería de Salud vigila la incidencia de este gusano a través del Programa de Control de Parasitosis por anisakis, en el que se lleva a cabo una verificación de los sistemas de autocontrol en toda la cadena alimenticia de la pesca y de la acuicultura.

Cuatro son sus objetivos básicos: Disminuir la incidencia de la anisakiasis en la salud humana; garantizar que los productos alimenticios puestos en el mercado no se encuentran claramente contaminados; asegurar que los establecimientos en los que se fabrican o manipulan productos de la pesca tengan un sistema de autocontrol en el que se contemple la detección del parásito y las medidas correctoras en caso de detectarse este parásito; y, por último, ratificar que en los establecimientos de restauración en los que se elaboren platos a base de pescado crudo o insuficientemente cocinado, los productos de pesca sean sometidos a un tratamiento de congelación que garantice la inactivación de las larvas.

Controles administrativos

La Consejería de Salud lleva a cabo controles periódicos a todos los establecimientos implicados a lo largo de la cadena alimentaria de los productos de la pesca, desde los buques hasta su puesta a disposición en mercados,así como establecimientos que elaboran y sirven comida preparada a los consumidores, así como a los productos en sí, según fuentes de la Consejería.

En referencia a los pescados, se revisan los destinados a ser consumidos en crudo o prácticamente crudo (sashimi, sushi, carpaccios y otras especialidades). Además, especies de arenque, caballa, espadín y salmón (salvaje) del Atlántico o del Pacífico, cuando se sometan a un proceso de ahumado en frío en el que la temperatura central del proceso no sobrepase los 60º C.

Y productos en escabeche o salados y otros, como boquerones en vinagre; y pescado marinado (ceviches). También las huevas de pescado crudas o prácticamente crudas; los arenques y otros pescados crudos preparados en salmuera; y los pescados ahumados 'en frío' (a -60º C).