En el año 2001 se decidió diseñar una pérgola de acero para ponerla debajo del emblemático ejemplar con el fin de que si volvía a caer una rama, no lo hiciera sobre el suelo. El ficus llevaba años asegurado con un sistema de anclaje con cableado de acero hueco trenzado con recubrimiento de nylon extrafuerte y resistencia de al menos cuatro toneladas, además de un 'cosido' de ramas para disminuir el riesgo de rotura o desgarro.