El Parque Regional de las Salinas y Arenales de San Pedro del Pinatar vuelve a convertirse en un hogar para la gaviota picofina, una especie que hace cinco años dejó de anidar en este espacio natural protegido y que esta primavera ha regresado: cinco parejas de la especie más pequeña de las gaviotas, y la más escasa, han colocado allí sus nidos.

De esta manera, la Región vuelve a estar entre las cinco colonias reproductoras de esta especie que existen en España: Delta del Ebro (Cataluña); Salinas de Santa Pola-La Mata y Albufera de Valencia (Comunidad Valenciana) y Marismas del Guadalquivir y Laguna de Fuente de Piedra (Andalucía), según explican fuentes de la Consejería de Turismo, Cultura y Medio Ambiente.

La colonia de aves acuáticas del parque regional está cercana a los 6.000 individuos y 1.600 parejas de aves nidifican cada primavera, según los últimos datos que se manejan los técnicos de Medio Ambiente y que se dieron a conocer ayer con motivo de la visita del titular de este departamento, Javier Celdrán, a la zona.

«Este parque regional es un 'punto caliente' en la conservación de las aves acuáticas de la Región, con relevancia nacional e internacional», comentó. Además, «es un lugar de gran relevancia natural, pero también de un gran atractivo para todos los que nos visitan para disfrutar del Mar Menor», aseguró Celdrán.

Ocho especies de aves acuáticas poseen poblaciones relevantes en el contexto nacional y cuatro especies en el contexto europeo -gaviota de audouin, pagaza piconegra, charrancito común y charrán patinegro-.

De hecho, los seguimientos realizados por los técnicos muestran que la gaviota de audouin se estabiliza en el parque regional con unas 300 parejas, que representan en torno al 2 por ciento de la población mundial reproductora de este ave catalogada como vulnerable.

Trabajo con Salinera Española

Por otra parte, el consejero comentó que la Comunidad y la empresa Salinera Española desarrollan acciones de delimitación de zonas de paso y reparación de motas para favorecer la estancia y reproducción de las aves, especialmente de las marinas y las zancudas. «El Parque Regional de las Salinas es una de nuestras joyas naturales, un paraíso para la cría de aves en el que se hace compatible una actividad económica, como la de Salinera Española, con la conservación del medio natural», apuntó Celdrán.

Más vigilancia

Pedro García, portavoz de la organización ecologista Anse, valoró como positiva la noticia del regreso de la gaviota picofina a la Región. «Seguramente proceden de las colonias del sur de Alicante, y es un ejemplo de los beneficios que se pueden obtener cuando se protegen los espacios naturales», indicó.

Y aprovechó para reclamar un mayor control de la gaviota patiamarilla, que puede llegar a ser predadora de polluelos o huevos de otras especies, «aunque me consta que ya se intenta frenar su reproducción».

El ecologista, sin embargo, advirtió de que se debería intensificar más la vigilancia de estas zonas, especialmente durante la época de reproducción, explicando que les habían llegado denuncias de otros naturalistas por 'intrusismo' de turistas. Uno de estos episodios se produjo el fin de semana pasado, cuando hallaron a una pareja de extranjeros que se habían 'colado' en la zona de nidificación de charranes.

«Es una consecuencia de que cada vez se utilizan más los espacios naturales como zonas de recreo», concluyó.

Las Salinas de San Pedro se extienden a lo largo de una franja litoral mediterránea de unos seis kilómetros. Éstas, junto con Las Encañizadas -vía natural de intercambio de agua entre el Mar Mediterráneo y el Mar Menor-, constituyen el parque regional, con una extensión de 856 hectáreas.

Los elevados valores naturales de esta zona húmeda la llevaron a ser incluida en 1994 en la lista de Humedales de Importancia Internacional (convenio Ramsar), junto a la laguna del Mar Menor. En 1998 fue designada como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), y se incorporó a la Red Natura 2000.