Las lluvias de los últimos días en la Región ha impedido a los productores de limón, principalmente del Campo de Cartagena y la Vega Baja, atender al cien por cien las solicitudes de su clientela extranjera para la campaña de Navidad.

El director general de la Interprofesional del Limón y Pomelo, Ailimpo, José Antonio García, explicó que en algunos casos no ha sido posible trabajar al ritmo normal debido a la dificultad de los trabajadores por llegar al puesto de trabajo y a algunos cortes de energía eléctrica en los almacenes.

Tradicionalmente en el mes de diciembre se registra el pico de exportación, con más de 60.000 toneladas vendidas fuera de nuestras fronteras (aproximadamente un 9% del total del año), y debido al temporal, en torno a un 5 por ciento no ha podido salir.

«Con carácter general, sin embargo, podemos hablar de relativa normalidad en nuestro sector, ya que las lluvias estaban previstas lo que permitió disponer de un stock de fruta recolectada suficiente para poder trabajar en los almacenes de confección», indicó García, quien añadió que todo el trabajo previo tenía como objetivo «cumplir los programas de suministro de las cadenas de supermercados que en estas fechas son los más importantes del año».

Por lo que respecta a la valoración de las lluvias en este sector, el director de la interprofesional comentó que han tenido «un impacto positivo en las plantaciones y permitirán el desarrollo normal del calibre de los limones».

Sin embargo, en este momento a los productores les preocupa la posibilidad de que el exceso de agua y humedad provoque problemas de hongos, «pero desde la Consejería y Ailimpo ya hemos enviado al sector las recomendaciones de labores culturales y tratamientos para prevenir y minimizar ese riesgo», puntualizó.

Recolección a mano

Por su parte, el sector de la lechuga asociado a Proexport insistió ayer que la mitad de la producción se ha perdido a consecuencia del temporal, mientras que para productos como la alcachofa o el arbolado, las lluvias han sido «agua bendita».

Javier Soto, portavoz del sector de la lechuga en Proexport, explicó que a partir de hoy o mañana los trabajadores volverán al campo para la recolección de las plantas que quedan en las tierras, si bien «vamos a tener que hacerlo a mano».

«El terreno está impracticable para el uso de la maquinaria que solemos utilizar, lo que también va a suponer una merma de producto asequible en los mercados», comentó.

Lo que se recolecte a partir de ahora, además, estará en condiciones de alta maduración y con exceso de agua, si bien, dijo, « la calidad no se verá afectada».

Los productores no tienen aún una valoración sobre los posibles daños económicos, si bien dejan claro que a las pérdidas del momento habría que añadir las que pudieran producirse por problemas derivados de las lluvias, como las enfermedades.