El militar Álvaro Area, gallego residente en Murcia desde septiembre de 2015, creyó que su hijo había muerto en el parto, como así asegura que le reveló por teléfono su expareja y madre del niño. Pero, días después, recibió la llamada de un trabajador social que le indicaba que el pequeño estaba vivo, según el relato difundido ayer por el diario El País. El bebé, que nació el 31 de diciembre del año pasado en el hospital murciano de Los Arcos, iba a ser dado en adopción, pero una juez suspendió la entrega y ahora Area tendrá que demostrar que es el padre.

Un auto del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de San Javier impuso el pasado 23 de febrero «medidas cautelares urgentes» para cancelar la adopción ante la existencia de «indicios suficientes» de que Area sea el padre biológico del pequeño, quien se encuentra tutelado por la Comunidad en un centro de menores de Cartagena.

Area, que tiene 26 años, cuenta que conoció a su exnovia en 2011 y que ambos iniciaron la relación en 2015, cuando él trabajaba como militar en Torre Pacheco. El auto, al que tuvo acceso el mismo periódico, expone que el demandante «aportó fotografías en las que aparecen ambos, con ella embarazada; así como una grabación en la que ella le comunica que había perdido el niño».