La Región de Murcia tiene el dudoso honor de ocupar este año un puesto entre las zonas pobladas más secas del planeta, tras la provincia de Alicante, en virtud de la extrema sequía que atraviesa.

Los datos pluviométricos recogidos por la delegación territorial de la Región de Murcia de la Agencia Estatal de Meteorología, (Aemet), desde octubre de 2013 a julio de 2014, ponen de relieve que en siete de las nueve estaciones computadas los valores están por debajo de los 120 litros metro cuadrado. Esta es la cantidad de lluvia que se suele recoger cada año en el Sahel, la zona habitada entre el Sáhara y la frontera de la sabana de Sudán. Sólo llueve menos en el desierto que conecta Perú y Chile, pero ese área está deshabitada.

El informe sobre el año hidrológico de Aemet para la Región indica que la precipitación media acumulada este año hidrológico ha sido de 107 l/m2, lo que representa tan sólo el 39% de valor de la mediana para el mismo periodo, y que es de 276 l/m2. Así, en Meteorología lo califican de «extremadamente seco» e indican que el periodo de octubre a julio «vuelve a ser el más seco desde que se tienen registros», es decir, desde 1941.

Por estaciones, el cómputo de octubre de 2013 a julio de 2014 indica que en Águilas se han recogido 63 l/m2; en Totana, 65 l/m2; en Cartagena, 70 l/m2; en Murcia, 86 l/m2; en Alcantarilla, 85 l/m2; en Yecla, 104 l/m2; y en Cieza, 117 l/m2. Todos estos valores están por debajo de ese límite de 120 l/m2 de la zona desértica.

Se salvan de este límite San Javier y Caravaca, con 148 y 170 l/m2, respectivamente, aunque ambas estaciones están muy por debajo de la media regional (276 l/m2).

Según el catedrático y climatólogo Jorge Olcina, de la Universidad de Alicante, todos los valores que estén por debajo de los 150 litros por metro cuadrado «implican una situación problemática, porque es lo normal para esta época del año».

Olcina, que comenta que la situación de Alicante es más dramática, añade que desde el periodo de sequía de 1909 a 1914 «no se había producido un año tan seco en el sureste peninsular».

El catedrático apunta como causas de las escasas precipitaciones a la falta de los vientos meridionales procedentes del Mediterráneo, que sí fomentan las lluvias. En cambio ha habido vientos del Atlántico que no traen agua.

El hecho de que en el otoño de 2013 no hubiera lluvias, «provocó que se arrastrara el déficit, que se ha agravado en 2014. En resumen, que estamos en una situación mala y a la espera de lo que ocurra este otoño, que es nuestra estación de lluvias», asegura Olcina.