Un estudio en el que han participado investigadores de la Consejería de Sanidad y Política Social de la Región de Murcia confirma que los hombres y las mujeres que beben alcohol de forma continuada sufren en mayor medida obesidad abdominal, un factor conocido por su peligrosa relación con la mortalidad en adultos.

El estudio detecta que el efecto del alcohol en la grasa acumulada es mayor en el caso de la cerveza que en el del vino, aunque ambos tienen un marcado efecto sobre esta adiposidad, según fuentes del Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC), dependiente del ministerio de Economía.

«Es el único estudio realizado hasta la fecha que analiza el consumo de alcohol en una amplia muestra de personas adultas de diferentes regiones europeas y examina el papel de la exposición durante mucho tiempo al alcohol en la obesidad abdominal y general», explica a SINC María Dolores Chirlaque, investigadora de la consejería de Sanidad de la Región de Murcia y una de las autoras del trabajo.

La mayoría de estudios se basan en el consumo reciente de alcohol durante un periodo corto de tiempo. Además, en este trabajo el método de medición está validado y las mediciones antropométricas no son autoinformadas, sino recogidas por entrevistadores entrenados.

«Queda ahora por analizar si el abandono del uso del alcohol, o un consumo bajo de este, revierte la obesidad abdominal y en cuánto tiempo. Estas cuestiones aún sin contestar suponen nuevas hipótesis para el futuro», subraya Chirlaque, que también pertenece, junto a varios de los autores, al Centro de Investigación Biomédica en Red de Epidemiología y Salud Pública (Ciberesp).

«No afecta al peso ni a la salud»

El Centro de Información Cerveza y Salud –entidad de carácter científico que promueve la investigación sobre las propiedades nutricionales del consumo de esta bebida– ha contestado al estudio asegurando que el consumo moderado de cerveza no afecta al peso ni a la composición corporal, siempre que se haga por parte de adultos sanos y de forma moderada, es decir, de dos a tres cañas diarias para los hombres y una o dos en el caso de las mujeres, según ponen de manifiesto estudios científicos.

Esta entidad se basa en otro estudio recienteque rechaza que la cerveza engorde.