Las sospechas se han confirmado. Las cuentas no cuadraban en el Colegio de Enfermería de la Región de Murcia y la auditoría encargada por algunos de los miembros de su junta directiva ha desvelado que existe un ´agujero´ de más de 200.000 euros que no se sabe a dónde han ido a parar.

El lunes por la noche, los actuales responsables celebraron una reunión de la junta en la que recibieron los resultados de este informe, datos que esperaban ansiosamente para determinar si la gestión que se ha venido realizando en los últimos años en el órgano colegial ha sido limpia. Querían aclararlo, entre otros motivos, porque también se estaba poniendo en duda el trabajo desarrollado por los hasta ahora presidente y tesorero, Diego Gutiérrez y Jesús Cobarro, respectivamente, que han sido apartados de su cargo por este motivo.

Según explicó uno de los miembros de la junta directiva a esta redacción, «hay una cantidad elevada, superior a los 200.000 euros, que no está justificada, según indican los resultados de la auditoría –realizada por la empresa Leal y Asociados–. Con esto se nos da la razón y queda demostrado que nuestras sospechas estaban fundadas». Agregó que «se trata de una situación muy delicada y se debe actuar de inmediato para exigir responsabilidades».

El primer paso que han dado los dirigentes del Colegio de Enfermería de Murcia es solicitar la intervención del Consejo General de Enfermería de España, a quienes les han pedido que tomen el control del órgano colegial y pongan orden en su estructura y sus cuentas. La misma fuente subrayó que confían en que se tomen medidas judiciales porque «este asunto debe llegar a la Fiscalía, si no lo hace el Consejo General lo haremos nosotros».

La alerta saltó el pasado mes de julio, cuando desde el Colegio se envió una circular a todos sus miembros citándolos para una junta general extraordinaria el 28 de julio. Esto hizo que muchos de los colegiados denunciaran públicamente el ´oscurantismo´ con el que se ha gestionado este órgano en los últimos años, llegando a asegurar que no se les citaba para las asambleas ni se les informaba de cuándo se celebraban las elecciones, lo que les llevó a pensar que algo ocultaban.