Fuentes Zorita, que ha presidido la Confederación Hidrográfica durante los últimos seis años, compareció ayer en rueda de prensa para aclarar que su marcha se debe a la existencia de "aspectos de mi forma de actuar que no son del agrado del Ministerio".

Tras señalar que "a estas alturas no voy a cambiar las ideas que he mantenido desde hace treinta años", explicó que resulta difícil "permanecer impasible viendo del devenir de nuestra administración hidráulica", que ha llegado a ser considerada un modelo en Europa y en resto del mundo, mientras que aquí "es permanentemente cuestionado, hasta el extremo de que algunos lleguen a considerarlo un estorbo para la gestión política". La disputa por el agua ha llevado a "una situación esperpéntica", de la que culpó a "tirios y troyanos", refiriéndose al PP y al PSOE. Llegados a esta situación de desencuentro, está claro que el que sobraba era yo".

El ya ex presidente del organismo de cuenca, que dimitió la pasada semana, aludió a la información publicada el domingo por El País, en la que se decía que fue cesado, para aclarar que, "según la versión oficial, parece que perdí la confianza del secretario de Estado (Puxeu)". "Me voy porque en los últimos tiempos he constatado que hay aspectos de mi manera de actuar que no son del agrado del Ministerio", concluyó, para añadir después que "a estas alturas no voy a cambiar mi forma de ser y sigo defendiendo las mismas ideas que hace 30 años. Esto no significa que esté petrificado".

Fuentes Zorita reprochó al Ejecutivo que pacte con gobiernos autonómicos, mientras que "posterga a los socialistas de Valencia y de Murcia, que son los más afectados" y pidió al PP que "no aproveche mi coherencia; si tiene que presumir de algo, que sea de su propia coherencia".

Respondiendo a las críticas del PP que planteaban las dificultades para ser "socialista y murciano", dijo que "más difícil resulta en el País Vasco y han llegado al Gobierno".

Fuentes Zorita admitió la necesidad de negociar con otras comunidades y se mostró dispuesto "a llegar a acuerdos, pero no a cualquier tipo de acuerdo", tachando de "inaceptable", que "alguien llame acuerdo a reducir a menos de la mitad el trasvase Tajo-Segura".

Dejó claro igualmente que no estaría dispuesto a rebajar las necesidades reales que tiene la cuenca del Segura en el nuevo plan de cuenca.

Respecto al futuro del Trasvase, dijo que "hay cosas que cambiar" y se refirió a la construcción de una nueva toma en el Tajo medio que, según precisó, se planteó por primera vez en los años 80, cuando él era consejero de Política Territorial y de Obras Públicas. No obstante, advirtió de que "la mitad del PIB de la cuenca del Segura depende del Trasvase" y "hay docenas de miles de familias que viven de eso", para criticar a quienes "mueven una banderita sobre el mapa creyéndose un general en el Pentágono". Espera que "los dos grandes partidos nacionales" no asuman la reserva de 4.000 hectómetros cúbicos que Castilla-La Mancha ha introducido en el texto del Estatuto de Autonomía que se está debatiendo en el Congreso y confía que esa situación "no se va a dar".