Poco después de que Jordi Sevilla y sus ex compañeros Pedro Solbes y César Antonio Molina renunciaran a sus escaños en el Congreso, Carlos Solchaga, que fue titular de Hacienda con Felipe González, justificaba la huida de ex ministros acusando a Rodríguez Zapatero de tratar a los miembros de su Gobierno como "secretarios". Sevilla respondió que "el presidencialismo empezó con Adolfo Suárez y Felipe González, mientras que Aznar le dio una vuelta de tuerca. Con un estilo distinto, Zapatero está inscrito en esa misma corriente". A su juicio, "el problema es que en los países presidencialistas, es decir, en los que se elige presidente (del Estado), el poder legislativo hace de contrapeso. Lo estamos viendo en EE UU, cuando el presidente Obama tiene que ir a pelear voto a voto de demócratas para que le apoyen determinados proyectos. Eso es España es impensable. Y si de facto se genera un presidencialismo, es un presidencialismo que absorbe al grupo mayoritario del legislativo. Eso supone que hay menos contrapeso democrático que en los países presidencialistas". Reconoce también que se habría sentido "más cómodo" si hubiera tenido "más manga" ancha como diputado.