Realmente todos los que con mayor o menor holgura podemos reunirnos con nuestras familias en días de tales efusiones familiares, no podemos apreciar cuan intenso debe ser el sentimiento y dolor de los que de todo carecen, muchos, de familia, otros de hogar, bastantes de los medios de vida más indispensables para subsistir; tantos otros de salud». Esta reflexión, que bien podría ser actual, apareció en la prensa local tras describir el reparto de bolsas-cena a los pobres llevado a cabo por el Ayuntamiento el día de Nochebuena de 1925. Un caritativo gesto navideño que tuvo su continuación en la Segunda República, en 1932 se repartieron 500 bolsas, pero que lograría su mayor y triste auge en los difíciles tiempos de la posguerra.

A principios de los años cuarenta la denominada ´Junta de Aguinaldo al Necesitado´ se encargaba de la gestión del reparto de bolsas a las familias más necesitadas. Previamente se realizaba un censo exhaustivo por parte de las autoridades encargadas de la beneficencia para que nadie que tuviera necesidad quedara excluido. El reparto se realizaba en la iglesia de Santa María de Gracia e incluía a todas aquellas familias que pertenecían a esta parroquia y a las del Carmen y San Diego. Entre los requisitos que se pedían a los interesados estaba la de ir provisto de cestas o envases para retirar las patatas y una botella para el aceite. Pero llegó un momento en el que la aportación de diez mil pesetas que hacía el consistorio era claramente insuficiente ante el gran número de familias afectadas. Por ello durante muchos años se hizo un llamamiento al pueblo de Cartagena para que colaborara a través de una gran suscripción, con especial hincapié en el comercio y la industria.

En periódicos como El Noticiero era habitual ver anuncios como aquel que decía: «Cartagenero, la Campaña pro-bolsas de Navidad está en marcha, tu colaboración es necesaria». La lista con los suscriptores y la cantidad aportada por los mismos se iba publicando en prensa, y el repaso a la misma hará recordar nostálgicamente a más de un lector comercios ya desaparecidos. ´Almacenes Lepanto´, ´Viñas y Navarro´, ´Almacenes Molina´ o ´El Catalán´ fueron algunos de los establecimientos del ramo textil, que junto a muchos otros aportaron su donativo.

En 1958 con la intención de recaudar fondos para la campaña se estrenó en el Teatro Circo la película Quince bajo la lona, dirigida por el cartagenero Agustín Navarro Cano y que constituyó todo un éxito.

Ya en los años sesenta la Casa del Niño repartió bolsas gracias a la Junta Local de Protección de Menores y a las Hermanas de la Comunidad de San Vicente de Paúl. Fueron muchas las Nochebuenas en las que gracias a estas bolsas miles de cartageneros desfavorecidos pudieron disfrutar de la Navidad. Y todavía hoy son muchos los que esa noche especial se ven en la triste situación de acudir a comedores sociales donde personas amables y altruistas, a las que va dedicado este artículo, colaboran en el reparto de esa cena fruto de la Caridad.