La Fundación Tiovivo cumple diez años de vida en la Región de Murcia ayudando de una manera muy distinta a aquellas personas que padecen algún tipo de dolencia como el autismo, el retraso psicomotor, el daño cerebral o la esclerosis múltiple. Para ello optan por realizar un tipo de terapias en las que el caballo es el principal atractivo.

De este modo sus sesiones se alejan de la monotonía de cuatro paredes blancas de una consulta médica, haciendo que cada experiencia con los equinos se transforme en puro divertimento para quienes acuden a ellas. Sobre todo asisten niños, aunque también tienen a varios adultos.

Los muchachos más pequeños apenas tienen poco más de 14 meses y una de las ventajas con las que parten es que las familias pueden participar de forma activa incluso subiéndose a los médicos con herradura. De este modo consiguen reforzar los vínculos sociales y mejorar el ánimo de todo el entorno del 'jinete'.

La fundación tiene dos sedes en Cartagena y Murcia. En la capital del Segura utilizan las instalaciones de la Granja de Veterinaria de la Universidad de Murcia (UMU) y en la ciudad portuaria están a punto de inaugurar su nueva casa: Un espacio de 11.000 metros cuadrados ubicado en mitad de la naturaleza en la diputación de Miranda. Antes estaban en un club de hípica situado junto al estadio Cartagonova. Sólo les faltan 9.000 euros para poder abrir las puertas de este oasis terapéutico.

Sin subvenciones

  • Por cierto, no reciben ninguna subvención de la Administración. Así que se financian a través de donaciones y de las aportaciones de las familias de los propios usuarios. En total atienden en la Región a casi medio centenar de personas. Sin embargo, llevan desde agosto con las puertas cerradas tanto en Murcia como en Cartagena.
  • «En breve vamos a renovar el convenio con la UMU para volver a ponernos en marcha y lo de Cartagena depende de reunir el dinero que nos falta para terminar de adecuar las instalaciones», explica Luis Cuenca, presidente de la fundación y enfermero de profesión en el hospital Los Arcos. Tiovivo funciona gracias al empuje de él y de su mujer Isabel Moreno, que también es enfermera en el centro sanitario marmenorense. Además, tienen contratados a varios profesionales entre los que se encuentran psicólogos, pedagogos y especialistas en audición y lenguaje. También cuentan con la ayuda de una veintena de voluntarios que participan de forma desinteresada en las terapias al galope.