Un quebradero de cabeza para los vecinos de La Azohía a lo largo de todo el año. El «prohibido acampar» que reza el cartel del parking frente a la playa de la Chapineta es una broma de mal gusto ante las caravanas instaladas en el lugar, un mero adorno del paisaje veraniego que los habitantes del pueblo costero observan con resignación.

A pesar de que legislación permite la acampada libre a un máximo de tres caravanas y sólo durante tres días, la asociación de vecinos ha llegado a contabilizar más de una veintena de ´roulottes´ acampadas a lo largo de semanas, incluso meses, en la zona del parking de la Chapineta y otras tantas en la Rambla donde además, según cuenta los propios habitantes, esa zona concreta se caracteriza por las riadas e inundaciones. Por su parte, la Chapineta está rodeada de urbanizaciones antiguas, en la que algunos vecinos que tienen su residencia habitual recuerdan este problema desde hace un lustro.

«Acampan principalmente durante la temporada baja, de octubre a abril cuando muchos de los vecinos que disfrutan de estos días de verano no están», comenta un matrimonio que vive todo el año en el lugar.

Los vecinos se lamentan ya que el solar cercano a la playa es de propiedad privada. «Pertenece a un vecino que veraneaba aquí y vive en Madrid, una forma de ponerle una solución sería contactar con este hombre y también que Guardia Civil actúe de otra manera aparte de la disuasoria», subraya la pareja que también cree que el ayuntamiento de Cartagena podría hacer algo más.

De hecho, según los vecinos, el concejal de Descentralización, Juan Pedro Torralba, ya se ha comprometido a estudiar el caso. Si bien, la presencia masiva de estos turistas ilegales despierta discrepancias entre los habitantes sobre las medidas que debería tomar el Ayuntamiento. Mientras, el dueño de uno de los bares cercanos al parking afirma no sentirse molesto con la presencia de estos habitantes esporádicos, «no tengo queja alguna, son todos personas bastantes limpias y respetuosas e incluso la situación me permite vender más».

Sin embargo, muchos otros les indigna cómo se aprovechan de los servicios que pagan entre todos. Algunos consideran que perjudican el entorno, utilizando las duchas y lavapiés que hay en la playa». Otro habitante señala la falta de control de estas acampadas que califica de «piratas».