La ´fuga´ de los cartageneros a las zonas de costa huyendo del calor deja la ciudad casi desierta en verano. Ante esta situación, los hosteleros y comercios del centro han logrado sobrevivir a la época estival gracias a la llegada de cruceros en agosto, cuando Cartagena ha recibido la visita de más de 19.000 turistas de once embarcaciones diferentes. Las ventas de souvenirs y complementos se han disparado este mes con respecto al resto del año, indicó el presidente del Centro Comercial Abierto, Antonio Sánchez .

«Existen disparidad de opiniones en el balance de agosto: unos dicen que es un mes bueno y otros que malo, pero lo que está claro es que para el comercio siempre es positiva la llegada de cruceros a Cartagena» recalcó. En este sentido, destacó que «un día de ventas de souvenirs y complementos en agosto no es comparable a los días de invierno».

En parte, los bares del centro han podido ´salvar´ el periodo estival gracias al consorcio ´Comercio Amigo de los Cruceros´ (CAC), por el que se garantiza la apertura de los establecimientos asociados -también en días festivos- cuando un crucero de más de 300 pasajeros escala en la ciudad. El CAC está integrado por el ayuntamiento de Cartagena, la Cámara de Comercio y el Centro Comercial Abierto.

Además, para facilitar la estancia de los turistas extranjeros en la ciudad, el presidente de la Asociación de Hosteleros del Centro (Ascensho), Alejandro García, propuso este mes a los locales que se facilitaran las cartas del menú en inglés, además de contratar a un personal con cierto dominio del idioma británico.

La conclusión que obtuvo el presidente de la Asociación del Centro Comercial Abierto de Cartagena es que «el pasado julio fue un poquitín mejor que el de 2014, pese a que el crucero no es el que más gasta en los comercios, salvo en souvenirs, complementos y, en alguna ocasión, en ropa y calzado», aseguró Sánchez, quien adelantó que los empresarios «ya están estudiando la campaña de Navidad».

La satisfacción también se hace de notar entre los hosteleros, que ven como sus locales y, sobre todo, las terrazas están a rebosar. «Eso depende de cuántos pasajeros trae el crucero, pero en general se nota. Aquí vienen a la hora de comer a tomar paella», indicaron, por ejemplo, el martes en el restaurante Pico Esquina. Ese día atracó en el puerto el buque Britannia con 3.600 visitantes a bordo.

También en el bar Columbus, de la calle Mayor, señalaron que «sobre todo, en los primeros veinte días de agosto, se vende un poco más, pese a que los turistas no son gente de gastar mucho dinero».