«Tengo 40 años, padezco cáncer y voy a superarlo en un hospital público madrileño», dice Luis Daniel Martín en su libro Marea Blanca, editado por ViveLibro y que se presenta hoy en el hospital Santa Lucía. Malagueño y periodista,defiende la sanidad pública como un derecho universal reconocido en la Constitución. Tras la presentación, habrá un debate con sanitarios de centros de la Región.

¿Por qué ha escrito este libro?

Mi sobrino Fernando nació con pies equinovaros, un problema que le impide andar. Tiene que llevar unos hierros 18 horas al día. Cuando nació pensamos que no iba a poder andar, porque requería ser operado en 48 horas y fue el 14 de noviembre de 2012, día de la última huelga general en España. Recurrimos a la sanidad pública porque en este país, cuando tienes un problema gordo, los privados no saben qué hacer. En el hospital Gregorio Marañón de Madrid, se volcaron, todo fueron ayudas. Soy diabético desde los 22 años y hace un año me diagnosticaron un cáncer. Tengo leucemia con metástasis en los ganglios linfáticos y las personas en las que más confío son mi endocrino, la enfermera y mi oncólogo.

¿Con cuántos enfermos habló antes de lanzarse a escribir?

Contacté con más de 50 pacientes, algunos de ellos de Murcia, pedí información al Ministerio y a las consejerías de Sanidad de las comunidades del PP. Al final, fue el Parlamento Europeo el que me facilitó datos económicos sobre el gasto sanitario español,número de pacientes atendidos, compra de medicamentos. El Ministerio no los facilita porque, probablemente, iría en contra de su pretensión de privatizar la sanidad pública. La inmensa mayoría de la cúpula directiva del PP está vinculada familiar, personal o profesionalmente con la mayoría de los centros privados de este país y con buena parte de la industria farmacéutica. El marido de María Dolores de Cospedal es directivo de la empresa Capio, que intentó privatizar 7 hospitales y 27 centros de salud; y el exconsejero de Sanidad de Madrid, Fernández-Lasquety ha intentado privatizar los análisis clínicos de algunos hospitales y, ahora, anima a Cruz Roja a privatizar el servicio de donación de sangre en Madrid. Intentan pagar favores a sus amigos a costa de la sanidad pública.

Pero, ¿el Gobierno quiere acabar con las listas de espera?

No puede ser que el Gobierno central y las comunidades hablen de reducir listas de espera y estén despidiendo personal a diario. Si quieren acortarlas, contraten más gente y recorten determinados sueldos. Hay gerentes de hospitales que ganan más de medio millón de euros al año. En los concertados te hacen la endoscopia, pero en los públicos te hacen una biopsia para analizar el tejido. En el privado, no te la hacen para luego cobrarte de nuevo. En la Marea Blanca lo llaman el repago sanitario y ya pagamos por la sanidad pública con los impuestos. Además, el Gobierno tiene la poca vergüenza de no poner una casilla en la declaración del IRPF que nos permita destinar el dinero a la sanidad pública. En su última visita a España, Obama pidió información sobre nuestro modelo de sanidad para exportarlo a EE UU, ¿cómo es posible que nuestros gobernantes lo quieran tirar por tierra? Científicos y médicos de todo el mundo reconocen la medicina española y los servicios de oncología, como el Monte Sinaí de Nueva York o el de Houston en Texas los dirigen médicos españoles.