La pasión que transmiten cuando hablan de su afición, la vela latina, es contagiosa, hasta el punto de que entran ganas de subirse a una de sus centenarias embarcaciones y lanzarse al agua para competir como lo hacían antaño los pescadores por ser los primeros en llegar hasta el banco de peces para conseguir las mejores capturas.

Y esa pasión es la que quieren transmitir a toda la Región, a los aficionados a la vela de toda España e, incluso, al mundo anglosajón o a los árabes, que fueron los que introdujeron la vela latina en el Mediterráneo.

Por esta razón, un grupo de aficionados ha recuperado numerosas embarcaciones de vela latina, muchas de ellas con más de cien años, y ha creado la asociación Patrimonio Vela Latina Mar Menor, con el fin de potenciar la afición por este deporte marino, pero, sobre todo, para evitar que se pierda una tradición que consideran parte del patrimonio histórico del Mediterráneo y del Mar Menor y que puede convertirse además en un atractivo turístico más para la zona. Hasta podría atraer inversiones del mundo árabe con el que ya se han establecido los primeros contactos para tal fin, aunque todavía queda mucha labor de promoción por hacer.

También pretenden evitar quedarse sin calafates (carpinteros de ribera), un oficio artesanal en peligro de extinción, por lo que quieren promover la creación de una titulación y la apertura de una escuela-taller donde los jóvenes puedan aprenderlo y se garantice así la conservación de las embarcaciones y, por tanto, la continuidad de la vela latina.

La asociación ya ha aportado su granito de arena con la recuperación de una flota de época compuesta por unos quince veleros antiguos que han sido recuperados para las competiciones. También ha organizado regatas para mantener vivo este deporte, aunque para ellos es mucho más que un deporte, es una forma de vida, una herencia que han recibido de culturas ancestrales durante casi veinte siglos, una forma tradicional de trabajo, de ganarse la vida mediante la pesca en el Mediterráneo y, especialmente, una oportunidad de explotar las grandes condiciones que el Mar Menor tiene para la navegación a vela para atraer inversores extranjeros que sienten auténtica devoción por la vela latina, así como un reclamo para todos los regatistas que la practican en Canarias, Palma de Mallorca, Cataluña, Almería, Alicante y en tantas otras provincias españolas.

La asociación de aficionados creada en la Región está convencida de que con el apoyo de las administraciones y una promoción adecuada, el éxito está garantizado. De momento, ellos ya se han puesto al frente de la organización de la tercera edición del Circuito Tomás Maestre, en el que se ha implicado a todos los clubes náuticos del Mar Menor.