Las pinturas que el artista murciano Manuel Muñoz Barberán hizo en el presbiterio de la parroquia de San Francisco Javier de Los Barreros han pasado a la historia. Y no precisamente por su valía ni porque estén protegidas en el Plan General de Ordenación Urbana de Cartagena, ni siquiera porque fueran pintadas en 1955, hace más de medio siglo, sino porque estaban tan deterioradas por la humedad que al sanear la pared se han caído. «Estaban todas bufadas. Al eliminar la búrbuja de aire que había se desprendieron. Estaban que se caían», lamentó ayer el párroco, Juan José Castillo.

Sin embargo, este episodio le ha costado un enfrentamiento con algunos vecinos del barrio y con los familiares del artista. Los primeros descubrieron hace dos días que las pinturas del presbiterio, una imagen de San Francisco Javier rodeado de ángeles, ya no se pueden recuperar.

Por su parte, los hijos de Muñoz Barberán se movilizaron para tratar de impedir lo que consideran un atentado contra el patrimonio cultural de la Región.

El sacerdote explicó que este templo construido en los años 50 estaba muy deteriorado, lleno de goteras y humedades, tanto interior como exteriormente.

Pinturas con humedades

«El pasado febrero se cayó un trozo de cañizo y entonces fue cuando decidí dar la voz de alarma», dijo. El proyecto de rehabilitación ha sido redactado por el arquitecto del Obispado. «No sabía que las pinturas estaban protegidas, pero en el Ayuntamiento cuando fui a pedir una subvención, no me dijeron nada. En el techo hay más pinturas dañadas, así que si hay algún experto que nos ayude en la restauración, estaría encantado. Yo soy el primero que intento aprovechar y conservar al máximo todos los elementos del templo», dijo.