El verano es la época de máxima exposición a la radiación solar y es vital la necesidad de cuidar nuestra piel para evitar quemaduras que, está demostrado, favorecen la aparición de lesiones en la epidermis que, en un futuro, pueden derivar en otras afecciones más graves como cáncer de piel. En la última década, las campañas de concienciación sobre las nefastas consecuencias de la exposición solar incontrolada han promovido que la sociedad sea más consciente de la necesidad de cuidar la piel frente al sol. Aun así, todavía encontramos algunas creencias erróneas generalizadas sobre cómo protegernos frente al sol. Los expertos de Mifarma, compañía líder en la venta online de productos de farmacia y parafarmacia, identifican cuáles son y comparte sus consejos para evitar quemaduras este verano.

Además de evitar la exposición directa al sol, especialmente durante los picos de mayor intensidad de rayos ultravioletas que se producen entre las 12.00 y las 16.00 horas, es importante cuidar ciertas zonas de nuestro cuerpo, especialmente sensibles y generalmente olvidadas frente al sol, cuyas quemaduras suelen resultar muy incómodas y dolorosas.

En este sentido, es necesario usar protector labial de manera recurrente. Las quemaduras en los labios provocan que la piel se seque y cuartee y genera una sensación de escozor y rigidez que puede llegar a afectar a la hora de comer y beber.

Además, durante el verano los pies se desnudan con el uso de calzado de piscina y sandalias dejando al aire los empeines, sin embargo, olvidamos el uso de protección en esta zona del cuerpo cuya epidermis suele ser bastante sensible. Estas quemaduras provocan un gran trastorno ya que generan dolor a la hora de caminar y molestias a la hora de calzarse, por lo que debemos recordar siempre aplicar la protección también en esta zona.

En cuanto a las prendas, durante el verano es muy importante ser conscientes de que la ropa no protege frente a la radiación solar (mira este artículo sobre los riesgos de no cambiarse el bañador mojado). En los últimos años se han desarrollado materiales textiles que incluyen esta protección, habitualmente pensados para la práctica deportiva durante el verano. Para evitar quemaduras, incluso con ropa, debemos aplicarnos la protección solar por todo el cuerpo antes de vestirnos y repetir el proceso en caso de bañarnos en la playa o piscina. Un consejo imprescindible, especialmente en relación a los niños que, por sus hábitos de juego y actividades, suelen estar más expuestos al sol.

En el caso de personas con pieles más sensibles y cuyas características son más propensas a manifestar lesiones solares con más facilidad, se recomienda complementar la aplicación de las cremas y aceites de protección en nuestra piel con fotoprotectores orales formulados a partir de productos naturales que promueven la generación de vitamina D. Una rutina que, además de ofrecer una mejor protección frente a los efectos del sol, evita quemaduras a la mínima exposición.