El Síndrome de apnea-hipopnea de Sueño (SAHS) afecta al 10% de los niños, porcentaje que se eleva al 15% en los menores de siete años, según cifras de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (Seorl-CCC), desde donde recuerdan la importancia de prestar atención al descanso de los menores pues, si no tienen un sueño reparador o roncan, pueden esconder detrás patologías como la apnea del sueño.

Niños sin diagnóstico

Niños sin diagnósticoSegún datos de la Asociación Española de Pediatría, entre un 25 y un 30% de los niños menores de cinco años presenta problemas o alteraciones del sueño, entre ellas el síndrome de apnea-hipopnea del sueño. «Sin embargo, muchos están sin diagnosticar porque se llega a asumir que el niño duerme mal o, incluso, porque muchas veces los signos de sospecha, como la irritabilidad, se confunden con otras enfermedades como el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). Algunos niños que se muestran irritados o inquietos durante el día están así por no tener un sueño reparador», advierte el doctor Guillermo Plaza, presidente de Reuniones y Congresos de la Seorl-CCC.

Si se observa que durante el descanso de los niños hay pausas de respiración de más de 10 segundos de duración y, como consecuencia de ellas, el niño se despierta varias veces, «es posible que se esté ante un caso de síndrome de apnea del sueño, aunque la manifestación más clara son los ronquidos», sostiene el doctor Plaza. «Además, pueden aparecer irritabilidad, falta de descanso, interrupción en el crecimiento, trastornos del aprendizaje y, en ocasiones, complicaciones cardiovasculares», subraya. Los principales factores de riesgo que les predisponen a sufrir este síndrome son la hipertrofia adenoidea y amigdalar, las malformaciones craneofaciales, el Síndrome de Down y la obesidad.

Tratamiento de primera línea

Tratamiento de primera líneaEl tratamiento de primera línea en los casos de síndrome de apnea hipopnea de sueño infantil es la adeno-amigdalectomía, «que es la intervención que nos permite extirpar las amígdalas y las vegetaciones adenoideas» explica. Además, en el caso de niños obesos, «se indicará siempre la pérdida de peso pues está comprobado que esta reducción mejora los síntomas de la enfermedad», apunta. En este sentido, el otorrinolaringólogo es el especialista que se ocupará del diagnóstico, tratamiento y rehabilitación del paciente con síndrome de apnea del sueño gracias a sus conocimientos y habilidades adquiridos sobre la cavidad oral y la faringe.

Por otro lado, en los casos dudosos se empleará una somnoscopia o endoscopia del sueño (DISE). «Se trata de una prueba diagnóstica que nos permite conocer el punto exacto de la faringe en el que se produce la obstrucción causante de la apnea del sueño y del ronquido», indica el doctor Plaza. De esta manera, a través de un fibroscopio el otorrinolaringólogo puede determinar, además del diagnóstico, el tratamiento más adecuado a cada caso.

Un estudio realizado por otorrinolaringólogos españoles y publicado el pasado mes en International Journal of Pediatric Otorhinolaryngology concluye que la cirugía dirigida por DISE para niños sanos con síndrome de apnea obstructiva del sueño persistente es una técnica útil y segura para decidir una estrategia terapéutica y obtener buenos resultados objetivos y subjetivos con respecto a la resolución de la patología.