A la hora de limpiar la cocina hay un montón de objetos y partes a tener en cuenta, cafetera, microondas, muebles, tostadora... Y por supuesto el horno. Y es que, una de las partes de la cocina que se suele olvidar son las rejillas del horno. Al contrario de lo que se piensa, esta es una zona donde se acumula mucha suciedad, ya que en ellas se quedan restos de comida. Además, si no se limpian con regularidad, la suciedad se queda incrustada en ellas. Te explicamos cómo limpiar las rejillas de tu horno rápidamente.

En las rejillas se acumula con mucha facilidad manchas debido a que se cocina y se coloca comida sobre ellas, llenándose esa zona de grasa y restos de comida. Sus consecuencias no solo se traduce en un aspecto sucio a tu horno, también puede afectar a los alimentos que cocines en ellas, ya que entran en contacto con las rejillas. Esta suciedad puede favorecer la aparición de microorganismos e intoxicaciones.

Cómo limpiar las rejillas de tu horno

Para que la suciedad no se quede incrustada tenemos que actuar a tiempo y usar métodos eficaces para dejar las rejillas impolutas. Al mismo tiempo, esta limpieza debe ser lo más rápida y sencilla posible.

Para hacerlo se suele acudir al quita grasas clásico, sin embargo, existen otras formas de limpiar y que pueden ser incluso más útiles y fáciles de tener en casa. Para realizar este truco se necesita una bandeja profunda, un cepillo o esponja, agua templada y bicarbonato sódico.

En las rejillas del horno se acumula mucha suciedad.

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Realizar este truco es bastante fácil. Simplemente hay que llenar el recipiente con agua caliente hasta que las rejillas queden sumergidas en el agua por completo. Tras esto, hay que meterla en el horno y echar tres cucharadas de bicarbonato de sodio y dejarlo actuar durante, aproximadamente, cinco minutos.

Después de este tiempo hay que sacar las rejillas y mirar su estado. Si el agua se queda con un tono marón es buena señal, ya que indica que ahí se han quedado los residuos. Si se ha quedado un poco de grasa aún en las rejillas, puedes ayudarte de un cepillo o esponja para frotar en las zonas que aún sigan sucias. Tras acabar hay que enjuagar las rejillas del horno con agua y ponerlas de nuevo en su sitio.