Tribunales

El Colegio de Dentistas de Murcia lleva a juicio a un protésico por intrusismo

La institución, que lo ha demandado por ejercer como dentista sin tener la titulación y en su domicilio particular, entiende que "siendo la Odontología una profesión sanitaria y pudiendo ponerse en riesgo la salud e incluso la vida de las personas, las penas por intrusismo son realmente ridículas"

La Opinión

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El Colegio de Dentistas de la Región de Murcia, actuando como acusación particular, ha llevado a juicio a un protésico dental que responde a las iniciales M. M. M, acusado de un delito de intrusismo. Está acusado de ejercer como dentista sin tener la titulación y en su domicilio particular, excediendo así las funciones propias de un protésico, ya que no se limitó a realizar, previa prescripción de un dentista, una prótesis dental, sino que la llevó a cabo sin contar con dicha prescripción y en condiciones completamente insalubres y de forma ilegal. El juicio está fijado para el 20 de septiembre, en el Juzgado de Lo Penal Número 2 de Cartagena.

El Colegio de Dentistas viene reclamando un cambio normativo que establezca que la mayoría del patrimonio social y del número de socios en las clínicas dentales correspondan a socios profesionales dentistas. 

De este modo, «podrían evitarse actuaciones en contra de la protección de la salud por parte de quienes buscan hacer negocio en el sector y obtener beneficios sin atender a la ética deontológica», señala Pedro Caballero, presidente de la institución.

La entidad colegial reivindica, asimismo, el endurecimiento de las penas mediante un tipo agravado para el intrusismo asociado a las profesiones sanitarias puesto que, según señala Caballero, «la comisión de este delito, mientras la norma no cambie, seguirá siendo provechosa para los intrusos e, incluso, les animará a reincidir».

«Consideramos –añade– que siendo la Odontología una profesión sanitaria y pudiendo ponerse en riesgo la salud e incluso la vida de las personas, las penas por intrusismo son realmente ridículas».

El delito de intrusismo sólo impone pena de cárcel cuando el acusado se atribuye públicamente la cualidad de profesional mediante el uso de un título que no posee. Sin embargo, el hecho de ejercer las funciones propias de la profesión de dentista sin estar titulado para ello está penado con multas de seis a doce meses.