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Policial

Oleada de robos en iglesias de Murcia: asaltan ocho templos en mes y medio

Los sacerdotes de Los Ramos, Beniaján, San José de la Vega, Los Garres, Algezares, Puente Tocinos, Casillas y San José de la Montaña tienen miedo y piden al Obispado más seguridad en sus parroquias

Oleada de robos en iglesias de Murcia: asaltan ocho templos en mes y medioISRAEL SANCHEZ

Los sacerdotes de Murcia se sienten «indefensos» ante la oleada de robos que, en apenas mes y medio, han sufrido casi una decena de iglesias del municipio, explica Jesús López Abenza, cura en el templo del Santísimo Cristo de las Misericordias, en Los Garres, que este lunes por la noche recibía la visita de los ladrones.

López Abenza afirma que, en apenas 45 días, los amigos de lo ajeno han entrado a robar, además de en su iglesia, en las parroquias de San Pedro Apóstol (Los Ramos), San Juan Bautista (Beniaján), San José (San José de la Vega), Nuestra Señora de Lotero (Algezares), Nuestra Señora del Rosario (Puente Tocinos), Sagrado Corazón de Jesús (Casillas) y en la Ermita de San José de la Montaña, consagrada a Nuestra Señora del Amor Hermoso.

En el caso de Los Garres, «es la tercera vez en un mes y medio» que los amigos de lo ajeno entran por la noche, lamenta el cura.

La Policía Científica busca huellas de los intrusos, pero la tarea es difícil porque "llevan puestos los guantes"

«Han forzado la cerradura de los salones parroquiales, de ahí han pasado al patio, han reventado la reja y han entrado a la iglesia», comenta López Abenza.

El cepillo, en primer plano, reventado por los ladrones.

Una vez en el interior del templo, se han llevado «unos 200 euros que había en el cepillo». «Y a la Virgen le han quitado los pendientes, aunque son de bisutería, y un broche», apostilla.

Además, han sustraído dos rosarios, uno de la Virgen de Fátima y otro del Niño.

A la hora de realizar las pesquisas que permitan el esclarecimiento de los hechos, los investigadores no podrán contar con grabaciones de las cámaras de seguridad del templo, ya que «esta parroquia es muy pobre» y no cuenta con vigilancia.

El sacerdote manifiesta, en este sentido, que «estamos viendo con el Obispado» la posibilidad de adoptar medidas de seguridad, como puede ser una alarma, a fin de disuadir a los delincuentes.

Mismo modus operandi

Afirma el cura que en todos los robos de los que tiene conocimiento los ladrones han llevado a cabo «el mismo modus operandi», por lo que tiene claro, al igual que los otros sacerdotes, que se trata de una banda que se ha especializado en robar en iglesias. «Tiene que ser una mafia», dice.

Afortunadamente, los asaltos se cometen de noche, con los recintos vacíos, y nunca ha habido daños personales.

Tras percatarse de que había entrado alguien por la noche, al ver todo revuelto y los candados reventados, el párroco de Los Garres alertó a la Policía Nacional. Al templo se desplazaron profesionales de la Científica, que trataron de recoger vestigios que les lleve a una identificación y posterior detención de los autores. No obstante, «como usan guantes, no se han podido coger huellas», lamenta el sacerdote.

De momento, y a la espera de que la Diócesis les instale más seguridad, «hemos reforzado la puerta del patio con una cerradura y con dos pasadores con candados grandes», indica López Abenza, que se encontraba «la reja arrancada y empotrada en la pared».

Lo que están viviendo con la ola de robos «es terrible», remarca el religioso, que reconoce que tanto él como los otros curas murcianos víctimas de un asalto sienten «miedo, lógicamente, e inseguridad».

Y es que los intrusos, en la iglesia, han llegado a «levantar la piedra del ara, en el altar, a ver si había algo» susceptible de robar. «Han repasado a todos los santos», dice López Abenza.

"Se alumbran con velas"

Los ladrones que están asaltando iglesias murcianas no hacen un butrón en el techo: su modus operandi es reventar cerraduras. Los responsables de los templos que han recibido la visita de los delincuentes han cambiado ya los bombines, y esperan no tener que reponerlos, porque eso será señal de que no han vuelto a entrarles.

«Vienen de madrugada, no encienden la luz de la iglesia, se alumbran con velas y con el móvil», destaca el sacerdote del Santísimo Cristo de las Misericordias.

Entre los párrocos del municipio «hablamos del asunto y aquí estamos todos, indefensos, poniendo denuncias y arreglando lo que rompen», asevera. Lo que más duele, «los destrozos y la inseguridad que te crean». 

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