Una enfermera belga mató a sus dos hijos discapacitados, de 25 y 26 años, y después intentó suicidarse ingiriendo un cóctel de medicamentos, aunque fracasó en su intento y está hospitalizada en estado grave. Los hechos ocurrieron en Lieja (sur de Bélgica) y fue un hermano de la mujer quien la encontró inconsciente en su casa, informó la agencia Belga. La mujer, de 54 años, dejó una carta explicando que había acabado con la vida de sus hijos "por resentimiento contra el sistema de salud" de Bélgica que no los había curado. En la misiva cuenta que hizo ingerir a los jóvenes, una chica y un varón, la misma mezcla que iba a suministrarse a sí misma para acabar con su vida y que una vez se encontraban dormidos los había estrangulado. Los jóvenes recibían asistencia de lunes a viernes y quedaban a cargo de su madre los fines de semana. La mujer, que se había separado hace años del padre de sus hijos, pasaba penurias todos los meses para hacer frente a los gastos de la medicación de los jóvenes.