La investigación se inició en Pamplona, donde fueron detenidos dos miembros de la organización tras cometer dos asaltos.

La Policía arrestó posteriormente a otros cuatro en Torrelavega (Cantabria) y averiguó que el resto del grupo estaba asentado en la Comunidad de Madrid.

Los miembros de la organización realizaban grandes trayectos en un solo día a fin de localizar posibles objetivos y en sus desplazamientos no utilizaban establecimientos hoteleros para no dejar rastro de su estancia sino que pernoctaban ocultos en las inmediaciones de las ciudades.

Una vez en el lugar elegido, analizaban el entorno, las vías de huida, seleccionaban el comercio y comprobaban las medidas de seguridad.

La gran mayoría de los comercios robados eran establecimientos de hostelería, en los que se apoderaban de la recaudación acumulada en las máquinas recreativas, aunque también asaltaban estancos, ópticas y perfumerías.

Para acceder a los comercios utilizaban varios métodos como romper los cristales con tapas de alcantarillado, cortaban persianas metálicas con cizalla o forzaban los bombines o barrotes.

Además de las 17 detenciones, la Policía ha realizado 7 registros en viviendas y ha intervenido numerosos utensilios usados para cometer los robos, como palanquetas y destornilladores, así como objetos sustraídos, entre ellos 900 cajetillas de tabaco, gafas, perfumes y productos de cosmética, todos ellos de primeras marcas.