Un incendio originado durante la madrugada de ayer en una vivienda unifamiliar de Aranga (A Coruña) provocó la muerte de tres personas, dos hermanos M.G.A y J.G.A, de 36 y 39 años, ambos con deficiencias psíquicas, y del padre de éstos M.G.R, de 65 años, que falleció cuando intentaba rescatar a sus hijos. Las fuerzas de seguridad han abierto una investigación para aclarar cómo empezó el fuego.

Todo apunta a que el fuego se inició sobre las 4.00 horas, según informó el Ayuntamiento del municipio coruñés. A esta hora fue cuando el 112 acudió a una llamada realizada por los vecinos de las víctimas, alertando del incendio, que no pudo ser controlado por los bomberos hasta cuatro horas más tarde, debido a que la estructura de la vivienda era de madera, lo que hizo que las llamas se extendiesen por toda la casa, que quedó completamente destrozada. La virulencia de las llamas hizo saltar la pizarra del tejado a la calle y acabó por derrumbar toda la estructura.

De entre los escombros, los bomberos no pudieron recuperar los cuerpos sin vida de M.G.A, y J.G.A, que vivían junto a su padre en el domicilio siniestrado. Ambos eran disminuidos psíquicos, según explicó el Consistorio. Con ellos vivía su padre, M.G.R, de 65 años y que fue rescatado posteriormente, también sin vida, de su vivienda. Según el alcalde, que visitó a las pocas horas del suceso el inmueble incendiado, el hombre habría fallecido tras intentar salvar a sus hijos.

Todavía se desconocen las causas de este siniestro, sobre el que se ha iniciado una investigación para aclararlo. Los primeros indicios indican que las llamas podrían haberse iniciado en una 'lareira' vieja, cuyo fuego mantenían el calor dentro de la casa. Tampoco se descarta un cortocircuito.

Los vecinos de la zona mostraron su consternación por lo sucedido, ya que la familia era muy apreciada en la localidad. Según los amigos de las víctimas, el padre trabajaba en un bar cercano y era muy querido por todo el vecindario, consciente de los esfuerzos que el hombre tenía que realizar para sacar adelante a sus dos hijos dependientes, a los que mantenía en solitario desde el fallecimiento repentino de su esposa, en septiembre de 2006.