Moratalla vive el penúltimo encierro

Las reses de la ganadería de El Rellano marcaron un séptimo encierro de las Fiestas de Moratalla con varias fases. Los corredores, al esperar que el ganado siguiera la tónica de otras tardes, donde las reses se protegieron entre mansos y caballos, se incorporaron en mitad de la manada para provocar algunas carreras, buscando siempre la posibilidad de escape ante un derrote del animal. El mundo de los encierros no es una ciencia exacta y en esta ocasión tres ejemplares se adelantaron, a mitad de la carretera de Calasparra, a sus hermanas y fueron abriendo el encierro. A la altura de la puerta del Ayuntamiento se alinearon y se desarrolló un segundo encierro, donde se vieron interesantes carreras en una jornada sin incidentes.

Posteriormente se realizó la suelta de reses en los diferentes cercados del recorrido hasta el mediodía, que se puso fin a la parte taurina. Más complicado fue la vuelta a los corrales cuando las reses se metieron en el callejón del Pez y los pastores tuvieron que emplearse a fondo para encaminarlas a la zona de corrales.

Aunque no terminan las fiestas, fue una jornada con sabor agridulce ya que muchas familias que viven fuera de Moratalla aprovecharon sus vacaciones de verano, o en otros casos el fin de semana, para regresar a al pueblo que los vio nacer y crecer, y tener la oportunidad de volver a encontrarse con sus familias y disfrutar de unas costumbres populares con más de 400 años de historia. Muchos se marchaban con la promesa de volver el próximo año a vivir ‘la vaca’ de Moratalla.

En esta ocasión, la vereda se realizó desde los Charcos, por lo que se retrasó hasta las ocho de la mañana.

Hoy los moratalleros vivirán su último encierro de las Fiestas 2023. Será a partir de las seis de la tarde y tendrán como protagonista a la ganadería de Hermanos Chinchilla de la población jienense de Santiago de la Espada.