En la Eclesiología cristiana el término ´prior´ se refiere al monje superior de cualquier convento o abadía y no es casualidad que Prior sea también el apellido paterno del responsable del resultado final de todos y cada uno de los platos que salen de la cocina del mesón-restaurante El Prior de Murcia desde el 15 de febrero de 2007. Ninguno de esos platos cocinados por Janet, Fusia e Isa serán servidos en una mesa por su encargado Sergio Mateo o su camarero Mario Clemente si antes no le ha dado el visto bueno y han sido aprobados por José Antonio Prior Pérez, que cuenta con más de 16 años de experiencia en el mundo de la hostelería, desde la Venta Los Cobachos a la Plaza de las Flores.

«En mi negocio me esfuerzo en tener los productos de calidad y la elaboración que a mí me gusta exigir cuando salgo a comer a otros restaurantes -explica José Antonio-; huimos de las fritangas y nos empleamos en tener una cocina basada en producto fresco hecho en el momento».

Esa, y unos precios ajustados, es la fórmula que les ha permitido mantenerse durante estos nueve años en los que han logrado, gracias a su adictiva cocina, una clientela más que asidua que no dudará a la hora de recomendar a sus más cercanos allegados los aperitivos, comidas y cenas de El Prior.

Cuando accedemos a El Prior nos llamará la atención un maniquí en su puerta que, como si de una virgen se tratase, cuenta con una vecina ´camarera´ que se ocupa de variar su vestuario, sus gafas y hasta su peluca. Cuentan con un coqueto comedor interior y una amplia terraza.

«Come... bebe... que la vida es breve» es el eslogan que nos encontramos antes de acceder al local en uno de los toldos de su terraza y una pizarra tras la barra reza: «Mesón Prior, de lo bueno, lo mejor». Y hay que reconocer que así es cuando probamos su excelente pulpo al horno, (preparan entre 800 y 1.000 kilos al mes) con receta propia, que elaboran todos los días o su amplia oferta de aperitivos, como su ´Mantamarinera´ con anchoa del Cantábrico, calamares con almejas plancha y salsa verde, sepia, hueva y letón, mojama, bonito, tigres, caballitos, variedad de croquetas caseras, huevos Prior, cazuela de chanquete al ajillo con almejas y gambas, todo tipo de marisco de primera calidad, como los langostinos de Vinaroz o la quisquilla de arrastre de Mazarrón, o su surtido de calamar nacional, cigalas, gamba roja y almeja nacional.

Ofrecen gran variedad de pescados como el atún de ijada, gallo pedro, lubina, dorada, boquerones, emperador o merluza así como guisos más elaborados como el rabo de toro, callos con garbanzos, caracoles con salsa picante, manitas de cerdo o carrillera de cerdo ibérica.

En cuanto a carnes, su plato estrella es el lomo alto de buey asturiano con patatas y pimientos y también preparan unas riquísimas costillas de cordero segureño, cochinillo segoviano al horno y paletilla de cabrito.

Cuentan con una hamburguesa de angus, la Priburger, y con más de una veintena de diferentes tipos de montaditos, la mayoría inventados por ellos, como el ´Cheep burger´ con lomo, queso, tomate y mayonesa, de buey con foie, el Prior con tortilla francesa, anchoa del Cantábrico, tomate y mayonesa, de salmón, de bacalao, de filetes de caballa, de roquefort, o los premiados montaditos ´Soterramiento´ con varias preparaciones, como el de rabo de toro con patata, cebolla caramelizada y mostaza con miel; o el de sobrasada ibérica, queso fresco, sardina limpia, huevo de codorniz, pimiento de padrón y jamón.

Ofrecen también un menú diario, por diez euros, que incluye dos caballitos, ensalada, plato del día o combinado -de emperador o merluza o carne como lomo, costillas o pechuga-, postre, café y bebida. Y los viernes, sábados y domingos preparan un excelente arroz a banda o, por encargo, de cualquier otro tipo.

Todos sus postres son caseros desde su tarta de la abuela, de queso, profiteroles, milhoja, tocino de cielo, pan de café o pan de Calatrava. En cuanto a vinos, su no muy extensa carta ofrece riojas, jumillas o riberas.