Faltaban aún nueve años para que Murcia sufriese la catastrófica y recordada ´Riada de Santa Teresa´ (que inundó Murcia casi en su totalidad) cuando en 1870 abrió sus puertas en la Carretera de Alicante la primera taberna de El Jesuso.

Un año después de la catástrofe, El Jesuso trasladó su sede a la Calle Cigarral, donde se mantuvo durante diez años más y fue en 1890 cuando volvió a trasladar sus enormes barriles de vino jumillano a su actual emplazamiento en el barrio de Santa Eulalia, en la calle Mariano Vergara, donde se mantienen desde 1890 hasta su última restauración, cien años después, en 1990. Han transcurrido desde entonces la friolera de 146 años, casi nada.

Y ahí continúa Ángel Luis López Gomariz, miembro de la sexta generación, desde que se fundó El Jesuso, posiblemente la más longeva de las tabernas de toda la ciudad de Murcia y que sigue siendo regentada por familiares directos de sus creadores.

«Hasta los años 90 aquí no se servían tapas, solo vinos y las cascarujas de Solano o los cucuruchos de fiambre que traían los propios clientes servidos en los colmados del barrio», comenta Ángel Luis López, quien se crió desde niño junto a los cinco barriles originales que aún se conservan en el local. «Llevo metiendo la mano en el cajón de la barra desde que era un niño», bromea. Ayudan a Ángel Antonio, Clara y Carlos y, supervisando, desde fuera de la barra, su madre Isabel Gomariz.

Rodeados de decenas de fotos, carteles taurinos y una foto de Camarón, hoy podemos continuar disfrutando de sus tradicionales tapas como el ´Trimpe´, una tosta de pan con queso de roquefort, con lomo y un huevo de codorniz; sus famosísimos ´Simulacros´, como su propio nombre indica un ´intento´ de hamburguesa con ketchup y mostaza antecedente de lo que hoy conocemos en muchos sitios como ´mini-hamburguesas´.

También podemos degustar su ´Mónica´, que es un ´simulacro´ con huevo de codorniz y queso. El sentido del humor no falta a la hora de nombrar a las patatas cocidas con ajo como ´Yemas de caballón´ o las patatas asadas como ´Chuletas de huerta´.

Un enorme bidón con hielos, donde se enfrían los quintos, preside la barra, donde podemos degustar también sus montaditos por un euro, de ternera, jalufos, lomos, morcilla, salchicha y sus tapas de ensalada murciana, ensaladilla, bravas, pisto, zarangollo, michirones o caldo con pelotas.