El niño versor
Se ve por lo que se ve
que si el hambre mucho aprieta,
ni esculturas ni puñetas,
la inclinación del bebé
es engañarse a la teta.
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Se ve por lo que se ve
que si el hambre mucho aprieta,
ni esculturas ni puñetas,
la inclinación del bebé
es engañarse a la teta.