Así lo señaló hoy en una nota la Universidad de Navarra, en cuya Facultad de Ciencias y en el centro Joseph Fourier de Grenoble (Francia) ha desarrollado Uzqueda su tesis doctoral, que señala que entre los numerosos principios activos que combaten la contaminación causada por hongos se encuentran la naftifina y la terbinafina.

Sin embargo, la investigadora explica que "estos productos presentan problemas de solubilidad y acarrean efectos secundarios, como irritación cutánea o trastornos gastrointestinales".

Por ello, su estudio trata de mejorarlos a través de la interacción con ciclodextrinas, "partículas que se emplean, entre otras cosas, para aumentar la solubilidad, la biodisponibilidad y la estabilidad de muchas moléculas", añade.

Estas infecciones son, según la especialista, "cada vez más frecuentes a causa del uso de medicamentos inmunosupresores, de enfermedades como la diabetes y el sida, de la insuficiencia venosa y arterial, así como del envejecimiento de la población y de los contagios en gimnasios u otros espacios públicos".

En este sentido, y a pesar de que muchos fármacos tópicos u orales han demostrado su eficacia, "también se han disparado los casos de dermatosis en la población mundial", subraya Uzqueda.

En su investigación ha utilizado el método del coevaporado, "que consiste en preparar distintas soluciones del fármaco y la ciclodextrina, mezclarlas y evaporar después el disolvente", gracias a lo cual ha comprobado que esta última sustancia "ayuda a que se disuelva una cantidad mayor del producto y que lo haga más rápido que si la mezcla no contuviera ciclodextrina".

Asimismo, esta combinación podría mejorar las formas de administración del medicamento y, con resultados sólo en fase preliminar, "quizá ciertos polímeros insolubles de la ciclodextrina actúen como vehículos de los fármacos para asegurar su liberación sostenida en el tiempo", concluyó.