Psicología infantil

Los protagonistas de la Educación

los protagonistas  de la educación

los protagonistas de la educación / J. Alejandro López

J. Alejandro López

El mundo audiovisual, la ‘mass media’ está cambiando. Hemos pasado de un formato donde el emisor, la fuente de información (televisión, radio, prensa) eran los agentes activos que dictaban lo que ha de visionarse, leerse o escucharse y unos espectadores pasivos que se sentaban a recibir la información de manera paciente. Pero a estas alturas del siglo XXI, nuevos formatos de comunicación han eclosionado con la llegada de internet. Ahora hablamos de sujetos ‘EMIREC’ o incluso de ‘prosumer’.

El concepto de EMIREC, promovido por Jean Cloutier, viene a mostrar que los sujetos, en la actualidad, son tanto emisores como receptores, modificando el formato lineal que conocíamos de comunicación. Ahora cualquier persona recibe información de los medios de comunicación y a su vez se convierte en emisor, por ejemplo, creando blogs, o bien a través de plataformas como YouTube o Twitch, siendo así tanto productores como al mismo tiempo consumidores de contenidos (prosumer). Y este formato, el de consumir y al mismo tiempo ser protagonista, está calando en otros ámbitos como las series de televisión e incluso hasta en los nuevos formatos de comedia.

Para muestra los shows de Juan Dávila, el humorista que basa su comedia en la interacción con el público, haciendo a este partícipe y protagonista del espectáculo. Ya no nos vale con observar pasivamente cómo el humorista realiza su monólogo, necesitamos formar parte de la experiencia de una manera activa, tener nuestro minuto de gloria aunque sea para ser humillados con la ironía complaciente, delante de más personas ansiosas por participar también. El toque de distinción de plataformas como Twitch es la interacción en directo, a través del chat, con la estrella streamer del momento. Podemos, a través del chat, comentar y ser leídos tanto por la comunidad del streamer como por el propio creador del canal, otorgándonos cierto protagonismo en el devenir del directo. Posiblemente, uno de los programas pioneros de este cambio de mentalidad sea el reality de televisión Gran Hermano, dónde a través de un mensaje de texto podíamos participar intentado expulsar de la casa al personaje que nos caía mal.

La pregunta que nos hacemos en este artículo es: ¿puede que en educación estemos virando hacia este formato donde se empieza a considerar al alumnado no solo agente pasivo que recibe información y conocimientos sino también protagonista de la educación, promoviendo que construya su propio conocimiento? ¿Es este hecho una necesidad promovida por un contexto social donde todos necesitamos sentirnos protagonistas para no sucumbir al aburrimiento? ¿No somos ya capaces de leer un libro de formato clásico, por la propia desesperación que provoca no poder ser en ningún momento el centro de atención de lo que acontece? ¿La educación, la escuela, es un lugar que ha de adaptarse a las necesidades cambiantes o es un terreno estanco, protegido de los vendavales de opinión, que busca la transmisión del conocimiento y la verdad?

Puede que los alumnos estén empujando de alguna manera para ser también protagonistas de la educación, pues estos parecen descender al hastío cuando un profesor da su clase magistral clásica. Por ello, ¿hemos de perder algo de potencia espistémica por dejar al alumno ser protagonista con su doxa? ¿Qué ganamos y qué perdemos?