No hace falta cruzar el ‘gran charco’ o recorrer una gran distancia para ver mundo. Dentro de las fronteras españolas contamos con auténticas maravillas dignas de ser visitadas. Y es que esta vez la vuelta al mundo nos lleva hasta Asturias, concretamente Bueres, una parroquia perteneciente al concejo de Caso donde el tiempo parece detenerse. No es necesario volar hasta las Maldivas para encontrar un remanso de paz y tranquilidad, solo basta con visitar este pequeño rincón del Principado de Asturias.

Con una superficie total de 27 kilómetros cuadrados, y una población de apenas 150 habitantes, Bueres llama la atención de quienes buscan la tranquilidad y el sosiego que la naturaleza, en su máximo esplendor si hablamos de Bueres, ofrece. Esta pequeña localidad asturiana dispone de dos casas rurales como alojamientos turísticos, con una capacidad total de 30 plazas y dos establecimientos hosteleros en los que poder disfrutar de la excelente gastronomía asturiana, donde la fabada, el cachopo, el pote asturiano y el arroz con leche enamoran a quienes la descubren y ‘enganchan’ a los que ya la han probado.

Desde estos mismos alojamientos se puede partir en busca de aventuras, o simplemente paz y tranquilidad, gracias a las múltiples rutas senderistas que serpentean por las montañas. Estas actividades, aptas para cualquier persona al poder escoger la duración y dificultad que uno quiera, suponen uno de los principales reclamos para atraer a forasteros, que durante todo el año salpican la poco concurrida localidad de Bueres ante la mirada de lugareños.

Los pueblos de Asturias, vengas de donde vengas y vayas a donde vayas, son ese refugio perfecto, a veces buscado, a veces inesperado, pero siempre gratificante donde no te importaría perderte durante unas cuantas horas.

Lo apacible de los caminos, de los amaneceres tempraneros y de los atardeceres que transforman los pueblos en decenas de luces que decoran artísticamente el paisaje… Bueres espera a ser descubierto, disfrutado y, tras la marcha, añorado.