¿SABÍAS QUE…?
Los muros, o paredes, son obras de albañilería que sirven para sostener peso o para cerrar y dividir espacios. Con ellos se han levantado a lo largo de la historia viviendas, castillos, catedrales… En la antigüedad los muros eran de piedra o de barro. Sorprendentemente, muchos siguen en pié después de siglos, tal cual los vemos, por ejemplo, en ruinas de poblados árabes o en las iglesias románicas. El faro de la Torre de Hércules, en la Coruña, y el Panteón de Roma son dos de las construcciones más antiguas que se conservan prácticamente intactas. Las técnicas para hacer muros han evolucionado y hoy día, además de piedra y ladrillos, se utilizan otros materiales como el hormigón armado que tiene mucha resistencia.
CÓMO SON LOS MUROS
Existen tres tipos:
Muros divisorios o “tabiques”. Sirven para separar los espacios, por ejemplo, las habitaciones de una casa, y para cerrar los edificios y aislarlos del exterior. Pueden ser delgados porque no soportan el peso de la edificación.
Muros de carga o “paredes maestras”. Soportan el peso del edificio, sosteniendo las vigas, los techos, las plantas superiores, etc. Tienen una función estructural y tienen que ser muy resistentes.
Muros de contención. Sirven para contener el empuje horizontal de masas de tierra o de corrientes de agua, como por ejemplo, un muro de piedra en la base de una ladera o la presa de un río.
Cuanto más grueso es un muro, más peso puede soportar. En las casas antiguas, la mayoría de las paredes servían a la vez muros como muros carga y tabiques divisorios, especialmente las del perímetro de la fachada, sobre las que se apoyaban las vigas de madera. Además del espesor, es importante la resistencia del material empleado y la técnica de construcción.
El método tradicional para levantar muros se llama “mampostería”, y consiste en colocar hileras de piezas con forma de paralelepípedo unas encima de otras. Estas piezas se llaman “sillares” cuando son de piedra natural tallada (como los sillares de granito del acueducto de Segovia) y “ladrillos”, macizos o huecos, cuando son de arcilla cocida al fuego. Los ladrillos antiguos eran de adobe (barro con paja) y se secaban al sol. Hoy día también se emplean bloques de cemento prefabricados. Los ladrillos se colocan con argamasa entre ellos, lo que hace la obra más sólida y resistente. En el caso de los muros de sillería, también pueden construirse sin argamasa entre las piedras.
Una tapia era un trozo de pared hecha de una sola vez con barro apisonado dentro de un encofrado. Un encofrado es un molde a modo de sándwich formado con dos tableros de madera o de chapa de metal, con un hueco donde se echa la masa. Cuando se seca la masa, se retira el molde y queda la tapia. Actualmente, las tapias ya no son de barro sino de hormigón, que es mucho más resistente, sobre todo si se introduce un esqueleto o armazón de acero, en cuyo caso se llama “hormigón armado”.
UNA PARED DE MAMPOSTERÍA
Materiales
Pasta de modelar de secado al aire.
Ladrillos
Coloca la pasta sobre una encimera y aplástala con una tabla hasta darle un grosor de aproximadamente 1 cm. Con un cuchillo, corta tiras de 2 cm de ancho. Después, corta trozos de 3 cm de largo, que serán los ladrillos. Puedes utilizar otras proporciones. Cuanto más gruesos sean los ladrillos, más estable será el muro. Deja secar los ladrillos un día para que endurezcan.
El muro
Coloca los ladrillos de la primera hilera, siguiendo una línea recta. Coloca los ladrillos de la segunda hilera. Ojo: deben estar trabados, es decir, desplazados medio ladrillo respecto a los de abajo. Sigue haciendo hileras. Compara la estabilidad de este muro con otro levantado con los ladrillos sin trabar
SABER MÁS
Las murallas y los muros fronterizos tienen función defensiva. La Gran Muralla China es la más grande del mundo. Tiene 6 metros de alto, 4 metros de ancho y 20.000 kilómetros de longitud. Se puede ver desde el espacio.
Y LA PRÓXIMA SEMANA…
El teorema de Pitágoras.
