EL FANTASMA CUCUSILLAS

El fantasma Cucusillas

está triste y cansado,

no sabe cómo ha ocurrido,

pero su vida ha cambiado.

Siempre tiene mucho frío,

ya no atraviesa paredes,

le asustan todos los ruidos

y ha perdido sus poderes.

Es visible para todos

y siempre está acatarrado,

no descansa en un sombrero

porque amanece arrugado.

Duerme en un colchón de lana

y sale a tomar el sol,

se da baños muy calientes

con romero y alcohol.

En bata por el castillo

va el fantasma Cucusillas,

ha cambiado la cadena

por andar en zapatillas.

Pero cambiará de nuevo

cuando llegue Cucufata,

una preciosa fantasma

que siempre va en alpargatas.

CUCUSILLAS Y CUCUFATA

Cucusillas y Cucufata

Cucusillas y Cucufata L. O.

El fantasma Cucusillas

se casa con Cucufata,

esa fantasma sencilla

que anda siempre en alpargatas.

Pero el día de la boda

se empeña en llevar tacón

y a la puerta del castillo

pega un tonto tropezón.

Y todos los invitados

tras el pequeño traspiés,

por el foso del castillo

la han visto rodar después.

Cucufata, dolorida,

se levanta al poco rato

con el vestido muy sucio,

arrugado como un trapo.

Decidida, la fantasma,

se ha quitado los tacones,

se ha puesto las alpargatas

y baila por los rincones.

En cómodas alpargatas

y en holgadas zapatillas

la fantasma Cucufata

es feliz con Cucusillas.

EL FANTAMA TRONERA

El fantasma tronera

El fantasma tronera L. O.

Un día de primavera

nace fantasma Tronera,

de todos los Cucusillas

es la que llega primera.

Una fantasma llorona

que siempre pide el chupete

y que a todos vuelve locos

con los berridos que mete.

Cuando la ven dormidita

no hacen ruido en el castillo,

todos andan de puntillas

y a oscuras por los pasillos.

Como están en primavera

juegan con las mariposas

y adornan todo el castillo

con lilas, nardos y rosas.