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25N, un año más

Espacio Abierto. Colectivo de Mujeres por la Igualdad en la Cultura

El pasado sábado 25 de noviembre se celebró el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, una fecha en la que se denuncian las violencias que se ejercen sobre las mujeres en todo el mundo y en el que se reclaman políticas para su erradicación.

Conmemorar este día es cada vez más necesario. A fecha de hoy, cuando escribimos este artículo, son ya 53 las mujeres asesinadas en lo que va de año a manos de sus parejas o exparejas. Las dos últimas en Madrid, donde una joven de 25 años y su hija de tan solo 5 fueron apuñaladas por su expareja, de 26. 

A pesar de estas cifras y de la información continua que nos ofrecen los medios de comunicación, resulta especialmente escandaloso y preocupante que se cuestione la existencia de este tipo específico de violencia. Tal y como recoge la encuesta realizada por la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD) entre jóvenes de entre 15 y 29 años, con motivo de este 25 N, un 23,1% de chicos jóvenes cree que la violencia de género «no existe o es un invento ideológico». Esta cifra ha aumentado en unos once puntos con respecto al año 2019, cuando el dato se situaba en el 12%. Entre las chicas, esta afirmación se sitúa actualmente en el 13,2%, mientras que en el 2019 eran el 5,7%.

Según este estudio, a esta afirmación negacionista se unen también otras afirmaciones, como que «es algo habitual en una pareja», «si es de poca intensidad no es un problema», o «es algo que siempre ha existido y, por lo tanto, es inevitable». 

Muchos de los encuestados también reconocen situaciones de violencia contra las mujeres en su entorno cercano de muy distintos modos, si bien la revisión del móvil es el acto que más se repite. 

Debemos preguntarnos qué lleva a algunos de nuestros jóvenes a realizar estas afirmaciones. Es evidente que, si bien la mayoría percibe la violencia contra las mujeres como algo intolerable que debemos de erradicar, ese aumento de once puntos da que pensar.

Parece claro que esta tendencia negacionista tiene cierta relación con el aumento del voto a la extrema derecha, que niega la violencia machista y hace alarde de un machismo rancio y enquistado. Declaraciones de dirigentes políticos de formaciones de derechas y extrema derecha contra las políticas destinadas a la igualdad y la violencia verbal empleada en plenos municipales, parlamentos autonómicos y declaraciones en redes sociales y medios de comunicación, no hacen sino alimentar estas creencias en una parte de la ciudadanía. Negar la existencia de la violencia machista se ha convertido en una de las señas de identidad de estas formaciones políticas.

El único modo de acabar con esta forma de violencia es avanzando hacia una sociedad en la que tanto mujeres como hombres tengamos las mismas oportunidades. Para ello es básica la educación de toda la sociedad en materia de igualdad. Por eso son muy necesarias las campañas y acciones que permitan reconocer comportamientos violentos y cómo hacerles frente. 

Mientras sigan muriendo mujeres en el mundo por violencia machista y mientras haya personas que nieguen su existencia, las mujeres y hombres que creemos en que un mundo más justo pasa por la igualdad entre todos los seres humanos que lo habitamos, seguiremos saliendo a la calle cada 25 de noviembre con la esperanza de que llegue el día en que no tengamos que hacerlo.

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