Salud y Rock N Roll

Un mundo distópico

Belen Unzurrunzaga

Belen Unzurrunzaga

Vivimos desde hace años tiempos convulsos, crispados, donde gana lo blanco o negro, y lo matices de los grises no existen. O estás conmigo o estás contra mí. No hay autocrítica y la culpa siempre es del adversario. No hay tolerancia, ni respeto y en cuestión de libertades retrocedemos. Vivimos tiempos donde por más que los expertos nos advierten de la llegada del cambio climático nadie reacciona y en días como los de estas semanas de abril en las que las temperaturas casi rozan los 40 grados, nuestros políticos se echan una patrona a hombros y le piden que llueva. Pero tuvieron que llegar Ojete Calor y los dos ELYLELLA para que sobre Murcia cayeran unas tristes gotas. Qué viva el subnopop. Somos tan paletos que la plataforma Cierren mi barrio ha viajado a Bruselas para quejarse del plan de movilidad.

Se quejan de que el plan cambiará de forma drástica el municipio, está claro que en la Región y en el municipio preferimos estar igual más de 20 años que hacer algún cambio que pueda mejorar la calidad de vida de la gente, con menos coches y contaminación y más transporte público de calidad, servicios de bicis, motos y patinetes que seamos capaces de respetar y cuidar, no tirarlos al río o dejarlos por mitad de la calzada cómo han aparecido este semana, en la semana de presentación del servicio. Merecemos la extinción.

Estamos en precampaña y nuestros políticos se empeñan en hacer el ridículo una y otra vez. Al Presidente le ha dado por hablarnos en Tik Tok, el partido socialista rechaza los resultados del CEMOP, rechazando hasta a los suyos que están dentro del estudio al ver el desastre de los resultados, no son capaces de hacer autocrítica y aceptar el error en la elección del candidato. Pero lo que no esperaba es que los de Cs dijeran en Murcia: «Sujetadme el cubata» y plantan una lona en la plaza de las flores, que desde mi punto de vista es un error de comunicación política, que demuestra que no hay estrategia seria, ni nadie al volante. Denunciados a la junta electoral por el PP y PSOE, ellos se agarran a que la lona dice la verdad, pero es que hay líneas invisibles en esto del buen gusto y la comunicación política que no se deben traspasar. Una pena acabar así, a lo cutre.

Mundo distópico este en el que vivimos, qué lejos de mejorar y demostrar que podemos construir un futuro mejor, más sostenible. Prevenir el terrible cambio climático que ya estamos viviendo, construir un modelo de ciudad más amable. Nada cambia, ni va a cambiar, y si lo hace será a peor.

¿Cómo vamos a apostar por un cambio si no hay nada que nos motive para ello?. Es desolador. Un partido popular rozando la mayoría absoluta, Vox aumentando su representación en la asamblea, la izquierda por un lado oliendo a cerrado y por otro fragmentándose de la manera más tóxica. Entiendo perfectamente que a mi alrededor cada vez haya más gente que no tenga intención de votar. Ningún proyecto les convence, estoy pesimista, es así.

Pero en estos tiempos convulsos y crispados, siempre nos quedará el mejor fin de semana en Murcia, cargado de música, fotos a farolas dentro de la Fica para decirle a los que se han perdido dónde encontrarnos, chupitos de Jagger de los que te arrepientes tres días más tarde, las risas, los bailes, los vídeos y fotos que ves al día siguiente, los abrazos a los de siempre y a los que vienen de visita. Bailar a ritmo de Ojete Calor y su Opino de qué, o Hot Chip y su Over and over. Qué la música anestesie, la distopía en la que vivimos y no somos capaces de cambiar. Ya lo dice Viva Suecia, «No hemos aprendido nada».

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