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El lince ibérico comienza su andadura en la Región.L.O.

Verderías

Herminio Picazo

Buen día, Lince

Hoy no es un día cualquiera, al menos para quienes nos sentimos irresistiblemente atraídos por las cosas de la naturaleza. Este viernes Lorca amanece con un nuevo vecino, un gato grande, un precioso felino, un bicho solitario y nómada, discreto, sigiloso, ágil cazador, de excelente vista nocturna y oído impecable.

Ya vivimos en compañía del lince ibérico. Tras décadas sin su presencia en nuestra región, la suelta este jueves de los primeros ejemplares en las sierras altas de Lorca marca un nuevo inicio para una especie que se ha convertido por derecho propio en el perfecto emblema de la conservación y la recuperación de la biodiversidad en nuestro país.

A partir de ahora habrá que estudiar y cuidar al gato. La suelta de ayer se realizó en unos cercados de aclimatación, como paso previo a la liberación completa con la que se confía en que la población se mueva, se reproduzca y conquiste, ya por su cuenta, nuevos corredores y territorios. En abril vendrán más parejas de linces. Ojalá la cosa vaya bien, lo que es previsible dadas las excelentes condiciones ecológicas de la zona, la presencia de abundantes conejos y el detalle con el que los técnicos del proyecto Lynxconnect y la Dirección General de Medio Natural de la CARM están trabajando.

La presencia de lince ibérico en la Región de Murcia nos pone en un virtuoso mapa de España en el que están cosas pasan. Está bien estar en el mapa de la virtud, y no, como en tantas otras ocasiones, en los mapas de los problemas, el descrédito y las agresiones. No todos los territorios se pueden jactar de tener linces, y menos aún los que los tienen porque nosotros hemos hecho por recuperarlos. Tengo claro que esto no es solo un orgullo para el territorio y para nuestra identidad colectiva, sino que también tendrá beneficios para el desarrollo, aunque tardaremos unos años en poder evaluarlos, por ejemplo en el ámbito del turismo rural y de naturaleza en la zona. La imagen pública, ¡psicológica’ y turística de un territorio que convive con el lince ibérico, es muy positiva y cala sin hacer ruido entre los amantes del turismo de interior.

No sólo el lince es, o debe ser, especie diana de los esfuerzos para la recuperación de la biodiversidad. Pienso, por ejemplo, en lo cerca que puede estar otra especie en peligro, el majestuoso quebrantahuesos, en poder instalarse en nuestra región, o el éxito que en estas anteriores décadas han tenido las iniciativas para recuperar los buitres leonados murcianos. Por el contrario, otras muchas especies y áreas naturales de nuestra región requieren de un compromiso mucho mayor para su conservación.

Mis crías, que están más que encantadas con estas cosas del lince lorquino que yo les voy contando, me han dicho que desde hoy se levantarán de la cama para ir al cole pensando «Buenos días, lince».

Seguro que se les pasará enseguida, pero mientras tanto, yo tan contento.

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