De vuelta

El despotismo ideologizado

Santiago Delgado

Santiago Delgado

No nos gobierna el PSOE. Nos gobierna Podemos, el despotismo ideologizado. Al Psoe lo fagocitó Sánchez. Y a Sánchez lo ha fagocitado Podemos. Nos gobierna la ultraizquierda de Podemos. A Sánchez lo han dejado con su pirulí de colchón nuevo en Moncloa, sus vacaciones en La Mareta, Doñana y otras pertenencias del Estado, con sus cámaras de televisión, que lo sacan guapo, y su Falcon, acompañado de su Puma y sus caravanas de cochazos desde el helipuerto al lugar de llegada. Es como un niño, que debe dejar las cosas serias a los mayores. Los mayores son Yolanda y Pablo, y sus mariachis. Ah, también le han dejado a Sánchez la red de torres vigías que ordenarán el buen curso de las elecciones. Tezanos avanza el resultado y el cocineo pucheril de Indra, Correos y nacionalizaciones masivas hace el resto. El resultado de las elecciones ya será comunicado desde Moncloa a Indra tras el cierre de los colegios electorales.

La legislación de Podemos no tiene otro fin que el de acostumbrarnos a la obediencia tipo Gran Hermano. Lo fundamental de la Ley Montero, o Sissi, es que obedezcamos, jueces incluidos, y que sigamos la doctrina del despotismo ideologizado. Ya vendrán leyes no pedagógicas, sino de consigna. El asalto al Estado está terminando. Enseguida llegará el asalto a la sociedad. La principal consigna por ahora es el cordón sanitario a Vox. Anatematizar la única verdadera oposición al Despotismo Ideologizado. No confundir con el Despotismo Ilustrado del siglo XVIII. Éstos no son ilustrados, son lectores de un libro, dos a lo sumo: Marx y Gramsci: el asalto al poder, el primero, y el asalto a la cultura el segundo. Lo demás es reaccionario.

Ni se puede resucitar a un muerto ni se puede resucitar al psoe felipista. Es una realidad fáctica. En el siguiente gobierno Frankenstein, Podemos exigirá ministerios económicos decisorios. Y se pondrá en el horizonte la república; es decir, las repúblicas. Vox será ilegalizado, y el tren de leyes plenamente soviéticas, bolivarianas que se dice ahora, será imparable. Esto parece apocalíptico, pero datos hay que avalan lo antedicho. La realidad no es un obstáculo para el avance de los soviets. Un buen ejemplo lo tenemos actualmente en los pomposamente llamados planes de movilidad de las ciudades, donde los carriles bici/patinetes arrinconan a los coches, que, por ser agentes del empoderamiento individual son anatema del Despotismo Ideologizado. El actual barrido de carriles de tráfico, en aras de carril bus/taxi y carrilitos bici/patinete no tiene otro objetivo que el de acostumbrarnos a obedecer y obedecer, y de paso, quitarnos el coche, que es, en gran parte, causante de que queramos ser libres. Y como dijo Stalin, la libertad y la democracia son las enfermedades infantiles del comunismo.

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