El blog del funcionario

Aquí nadie pide perdón

Miguel Hernández Valverde

Una ministra, la de Igualdad que todavía no ha pedido disculpas a la sociedad por conseguir poner en la calle a un puñado de indeseables por empeñarse en soñar con convertirse en heroína tomando atajos, con una secretaria de Estado bajo su supervisión que en medio de muertes y entre llamadas al 016 se pone a gastar bromas como si estuviera de cañas entre colegas, y tarda días en justificar lo injustificable.

Un Consejo General del Poder Judicial que en vez de sonrojarse por vulnerar y prostituir las normas pidiendo perdón, se autoproclaman mártires de la causa.

Una oposición que desde el primer día que los españoles votamos sigue empeñada en que nos creamos que el Gobierno español es ilegítimo y hasta criminal, poniendo en duda hasta el propio sistema.

Mientras todo esto ocurre, la oposición al Gobierno de Pedro Sánchez, con toda su artillería mediática incluida, está haciendo sus deberes.

Una Asamblea Regional en Murcia que está viciada hasta la médula, y nadie es capaz de subir la voz y decirle al millón y medio de murcianos que no se merecen estar representando al pueblo.

Una Vicepresidenta que en el colmo de la hipocresía política. No solo no dimite por aquellas primarias llenas de votos tramposos ni por su transfuguismo de libro, sino que se permite el lujo de exigir ella dimisiones al resto. Por no pedir perdón, no se lo pidió ni a su propio presidente cuando dijo que era un inmaduro.

Una ya exconsejera de Educación que no solo está desmantelando la educación pública a puñetazos, sino que ha sido incapaz de pedir disculpas a la sociedad en general y a la comunidad educativa en particular por negarse a administrarse la vacuna contra el covid y no dimitir, aunque hubiera sido por no despreciar al Consejero de Salud y a toda la comunidad científica internacional.

Nadie ha pedido perdón por el cachondeo en el que algunos han convertido las instituciones, con dimisiones a granel, cambios de cromos, reparto de competencias a la carta, tránsfugas de quita y pon, y consejeras que en vez de trabajar van sobre tacones lejanos.

Diputadas y diputados que lo mismo son portavoces, al día siguiente maldicen al presidente para terminar queriendo votar sus presupuestos, en un ejercicio único de histrionismo.

Por no pedir perdón, no lo pidió ni el presidente a la alcaldesa de Archena tras faltar a su palabra dada por WhatsApp.

Ni piden perdón los exalcaldes de la capital murciana cuando la Justicia nos hace a los contribuyentes tener que devolver millones de euros por su incompetente gestión.

Pero mientras todo esto pasa en la Región de Murcia, la oposición parece que está a setas.

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