Salud y Rock and Roll

La parafernalia del AVE

Belen Unzurrunzaga

Belen Unzurrunzaga

La política debería servir para mejorar la vida de la gente, al menos así es como yo la entiendo. Sin embargo, nuestra clase política hace verdaderos esfuerzos por conseguir todo lo contrario o simplemente cada día nos demuestran lo poco que piensan en los ciudadanos y únicamente se preocupan por sus intereses. Un claro ejemplo de la pésima gestión se materializará mañana en la ciudad de Murcia con la llegada del tren de alta velocidad.

Desde 2001 el AVE lleva dando vueltas en despachos y 21 años después un despropósito de tren de alta velocidad llega a la séptima capital del país según el PIB. Si hacemos memoria, todo empezó con el pacto de San Esteban, ni un político queda de los que aparecen en aquella foto: Valcárcel, Bono, Zaplana y Ruiz Gallardón representando a las comunidades autónomas que firmaron la alianza para comunicar sus ciudades y el ministro de Fomento Álvarez Cascos en aquel momento completaba la foto. A todas las ciudades llegó el AVE, menos a Murcia. Y ahora, veintiún años después, llega con un trazado infinito que nos paseará cien kilómetros más a lo via crucis.

Lo único que celebro de la parafernalia de mañana es que el tren llegue soterrado: «Las personas por arriba y el tren por abajo», y esto no ha sido un triunfo de ningún político, sino de la ciudadanía, con su constancia, su lucha y la defensa de un barrio, sólo por ellos merece la pena cortar la cinta, destapar una placa y lo que sea que ocurra mañana. Me acuerdo de Joaquín o Ana, y la plataforma ciudadana pro soterramiento, lo que ocurra mañana es mejor que todas las medallas de oro de la ciudad que por una pandilla de paletos no os concederán. Vuestro esfuerzo es un ejemplo que nos debe servir a todos: cuando el pueblo se une, pasan cosas. Cuando los políticos se unen, puede pasar de todo, y en ocasiones nada bueno.

Veintiún años después entra un tren soterrado de alta velocidad en Murcia con políticos y el rey a bordo, inaugurarán la estación, todo serán buenas palabras, habrá muchas fotos, y alguna que otra anécdota que nos deje el día. A partir de ahí, llega la cruda realidad: los billetes de tren costarán cómo encontrar sangre de unicornio virgen, porque los que cuestan 19€ a modo de promoción de Renfe hasta diciembre de 2023 sólo los encuentras en unas franjas horarias que parecen elegidas por tu peor enemigo. Si quieres viajar a horas decentes prepara el bolsillo, en estas fechas tan señaladas un billete que te conecte con la ciudad de la libertad no baja de 115€. Y yo me pregunto: ¿lo de regular los precios de una empresa pública como es Renfe, para cuando?

Aunque me deje el poco dinero que tengo en billetes y cada día me lo pongan más difícil con transbordos, viajes que acaban en autobuses o cogiendo el tren antes de las seis de la mañana en Chamartín viviendo enfrente de Atocha, seguiré yendo en tren a ver a mi familia a Murcia, seguiré realizando el trayecto que tantos años llevo haciendo y me sentiré muy orgullosa de todos aquellos que lucharon por que el tren llegara soterrado a la ciudad de Murcia el día que me monte en el ave y la megafonía diga próxima parada Murcia del Carmen.

Eso sí, una cosa les digo, señores políticos, les queda mucho por hacer. Esta parafernalia de mañana no es la solución ferroviaria que merecemos, necesitamos que vuelva la línea que nos conecta con Albacete directa a Madrid sin pasear por medio país para llegar a destino. Necesitamos un servicio de cercanías y media distancia propio de la séptima capital que somos y estar conectados de manera eficaz dentro y fuera de la Región. Señores políticos, están aquí para mejorar la vida de la gente, nuestras infraestructuras son una vergüenza, trabajen por una conexión ferroviaria a la altura de la Región.

Mañana llega a Murcia una chapuza que ha tardado veintiún años, qué será lo próximo.

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