De cine

En busca de la mejor película de la historia

Jeanne Dielman.

Jeanne Dielman.

Julio Pérez-Muelas Alcázar

Julio Pérez-Muelas Alcázar

Sight and Sound publicó la semana pasada una nueva lista con las «mejores películas de la historia del cine». Es cierto que esto de las listas comienza a ser molesto, parece que cada medio necesita sacar a la luz la suya propia, pero el caso de la revista británica es diferente. Lanzaron la primera encuesta en 1952 y desde entonces, cada diez años, los cinéfilos tenemos una cita con ellos. De esta manera, estamos ante un experimento sociológico ya que podemos observar cómo cambian los gustos con el paso de las décadas y permite enterrar las siempre peligrosas modas de última hora.

Las expectativas en esta ocasión eran altas. Sight and Sound había apuntado en diversos artículos que Vértigo, la vencedora en 2012, se podría ver superada por El padrino. La obra de Francis Ford Coppola supuso un hito para el cine y no ha dejado de ganar discípulos. Este año, además, se ha celebrado el cincuenta aniversario del estreno de la primera parte y ha habido una especie de renacimiento con su regreso a las salas comerciales que la ha vuelto a poner en boca de todo el mundo.

En este contexto se anunciaban los resultados de este último sondeo. Más de 1600 hombres de cine han decidido que la nueva ‘mejor película de todos los tiempos’ es Jeanne Dielman, 23 quai du Commerce, 1080 Bruxelles, un título de Chantal Akerman de 1975. Si siguen las redes sociales sabrán que la elección no ha sentado nada bien en el sector más clásico del universo cinéfilo y habrán sido testigos de un fuego cruzado apasionante.

Yo, honestamente, nunca había oído hablar de ella. Su búsqueda fue una especie de odisea cibernética. Buceé, creo, por todas las plataformas y canales a los que llega Google y no encontré ninguna forma legal de alquilarla ni en España ni en Italia. Dado que la piratería no es una opción para mí, concluí, después de varios días dando vueltas por la pantalla de mi ordenador, que la ‘mejor película de todos los tiempos’ era, de igual modo, la película más recóndita, una especie de eslabón cinematográfico perdido. Finalmente la encontré en la versión iTunes de Estados Unidos y pude hacerme con ella tras el debido pago en dólares americanos.

De esta forma descubrí que Jeanne Dielman muestra la vida de una mujer belga que vive con su hijo. Mientras el chico está en clase dedica las mañanas a las tareas del hogar, y cuando cae la tarde ejerce la prostitución. No conseguí ver nada más en sus doscientos minutos de duración. Se trata de una sucesión de planos fijos e interminables que presentan a una señora fregando platos, pelando patatas o poniendo en orden las habitaciones fantasmagóricas de esa casa condenada a un silencio sepulcral. Todo esto, exhibido con una frialdad extrema, sin emoción, con tanto desinterés como puede llegar a ser la vida de un ser humano contada al milímetro y al segundo.

Una vez superada la tortura autoimpuesta de la tarde del sábado y ya con esa perspectiva que da el bar de la esquina, me pregunto por lo que han podido ver todas esas personas que participaron en la encuesta. Es cierto que Jeanne Dielman ocupó la posición 76 en 2002 y la 36 en 2012, pero no concibo este paso de gigante que la ha situado al frente de la lista sin un campo de cultivo previo como es el caso de El padrino. Luego leo a críticos nacionales del nivel de Pepa Blanes diciendo que la polémica suscitada pone de manifiesto la molestia que genera que «las mujeres puedan superar a los hombres», y solo entonces creo asomarme al verdadero motivo de estos resultados.

En cualquier caso, Sight and Sound pierde con esta publicación todo el crédito que se le ha concedido durante más de setenta años. Quizás haya llegado el momento de buscar a otros referentes en el quiosco de abajo.

Suscríbete para seguir leyendo