La Opinión de Murcia

La Opinión de Murcia

Pity Alarcón.png

Lo veo así

Pity Alarcón

En defensa de la socialdemocracia

Hemos entrado en el verano con una extraña sensación de enfrentamiento, de absoluta polarización, que viene de hace un tiempo. Una polarización que, algunas veces, nos lleva a guardar silencio en según qué tertulias, porque queremos tener eso que llaman ‘la fiesta en paz’: ya no se admite que tus ideas sean distintas, es más, si te declaras socialdemócrata lo normal es que esa izquierda que llegó arrollando porque pensaba asaltar todos los cielos del mundo mundial descalifique tus puntos de vista diciendo eso de que «la socialdemocracia no es socialismo». Y ante esto, no quiero despedirme hasta la nueva temporada con otro asunto que no sea este, porque necesito reivindicar la socialdemocracia con mi último artículo de la temporada antes de enfrentarnos a los meses de julio y agosto. Meses para dedicarnos, ustedes y yo, a eso de dejar la mente descansar. Buscando libros que nos evadan, que nos eviten pensar mucho, y leyendo en La Opinión las cosas que nos hagan pasar un buen estío.

Sí, según muchos iluminados e iluminadas «la socialdemocracia no es socialismo» porque solo consideran socialismo al comunismo y se quedaron en eso de que «es un sistema político y un modo de organización socioeconómica caracterizado por la propiedad en común de los medios de producción, así como por la inexistencia de clases sociales, del mercado y del Estado». Pero qué quieren que les diga, a mí me parece que mientras que a ese ‘socialismo’ que propugnan los que descalifican la socialdemocracia, Europa solo le debe malos momentos (la historia es la que es), a la socialdemocracia (una ideología política, social y económica, que busca apoyar las intervenciones estatales para promover la justicia social en el marco de una economía capitalista), Europa le debe su avance social a lo largo de los años, porque esa socialdemocracia a la que algunos descalifican y desprecian, defiende un compromiso con la democracia representativa, la redistribución del ingreso y regulación de la economía encaminadas al interés general y Estado del bienestar.

Sí, les guste o no, y aunque pretendan tener el monopolio de la lucha por la desigualdad, la socialdemocracia se caracteriza por un compromiso con políticas encaminadas a reducir esa desigualdad, a evitar la discriminación de los más desfavorecidos, la pobreza, incluido el apoyo a servicios públicos como la atención a personas mayores, el cuidado infantil, la educación, la atención médica, las mejoras laborales, entre otras muchas cosas encaminadas al bien común.

El resultado de la izquierda (esa izquierda que se proclama la única), en las elecciones celebradas recientemente en Andalucia, ha llevado a alguien a decir que «quizás la izquierda no está de moda». Y es que es muy, muy, muy difícil, poner de moda (los más importantes publicistas fracasarían en el intento), una coalición, Adelante Andalucía, a la izquierda del PSOE ( Podemos, IU y Más País), que tardó un mundo en ponerse de acuerdo para ir juntos a la elecciones en esa Comunidad, sencillamente porque más que la ideología pesaron los intereses de cada uno de ellos, de cada una de ellas (el espectáculo dado el día de la inscripción de la coalición para dicha elecciones fue deprimente), y porque ni siquiera fueron capaces de convencer a Teresa Rodríguez, de Adelante Andalucía para ir juntos. Una división que, como ya saben, ha dejado la coalición en cinco escaños cuando en las elecciones de 2018, con Rodríguez al frente, consiguieron 17, quedándose ahora Teresa con dos escaños, porque, al parecer, la unión de esa izquierda que se apropia de cualquier idea de igualdad es imposible. Quizás porque no se ven iguales: sobre ello deberían reflexionar.

Mientras que ellos y ellas piensan en eso, ustedes busquen la felicidad durante este tiempo de verano. Encuéntrenla: muchas veces la tenemos al lado.

Compartir el artículo

stats