La decepción es pérdida, quebranto y supresión, puede llegar a ser tan dolorosa como la peor experiencia vivida. Sin parar a mirar que ese dolor es parte de la existencia cuyo valor nos educa, y casi nos prepara para, en un futuro, asimilar lo que nos venga. Y nos vienen malas, pero soportamos, nos han concebido capaces de asimilar situaciones traumáticas con la valentía del luchador, del que, como narraba Cervantes, andaba a la zaga entre la cobardía y la temeridad para salir victorioso.

Todo se supera excepto la traición; esa falta de honestidad que empieza por pisar el respeto de uno mismo es como durísimo de asimilar. Es la artimaña del ignorante, alguien inteligente tiene recursos de sobra para conseguir su objetivo sin pasar por encima de nadie clavando el tacón de su bota en la dignidad del que tiene sometido. No me sale a cuenta destruir una amistad que tanto costó forjar, no me sale a cuenta decepcionar a nadie, porque aunque luego te digan que te hace más fuerte, no los creas, es mentira.

Ya has quedado cubierto por una capa de inseguridad, y sabemos que según el atuendo elegido podemos llegar a parecer más seguros, incluso elegantemente seguros. Se llama estilo y es innato. Porque el traidor, el que decepciona, por mucha pashmina de Cachemira con la que rodee su cuello, la desluce como bufanda rueda con lamparón.

Siempre que escribo pienso en canciones, esta vez me he visto desbordada recordando temas que incluían la decepción en sus letras, se me hace raro saber que se cuenta entre mis favoritas, cuando soy de las que piensa que nadie decepciona, tal vez somos nosotros los que esperamos todo de muchos que no tienen porqué estar dispuestos a complacer ni practican la empatía.

Y pienso en Rewind, de The Cardigans, donde a pesar de todo existe la disposición de olvidar. Y tarareo You’re so vain, de Carly Simon, en la que el máximo exponente de la decepción es la vanidad del hedonista. Y casi casi bailo Loving is a losing game, de Amy Winehouse o Wicked game, de Chris Isaak en la que la verdadera y única decepción viene tras enamorarse de la persona inadecuada.

Todo implica a que antes de una decepción, antes del dolor por perder todos los recuerdos, algo mereció la pena.