Estimadas humanistas y feministas, soy Atefah Hassani, de Afganistán. He escrito esta carta abierta para hacer un llamamiento a todas las humanistas y feministas del mundo e informar sobre la escandalosa y perturbadora situación de las mujeres en Afganistán. El pasado 15 de agosto los talibanes volvieron al poder en Afganistán, y las mujeres se han convertido en prisioneras en su propia casa. No se les permite ir al trabajo ni a la escuela ni a la universidad. A lo largo de la historia de Afganistán, los talibanes han sido siempre unos misóginos y se han posicionado en contra de las mujeres. «El lugar de las mujeres está en casa o en la tumba», dicen.

Las mujeres en Afganistán siempre hemos sido consideradas ciudadanas de segunda o hijas, hermanas, esposas o madres de alguien. 

Sin embargo, hemos luchado durante veinte años por llegar a ser una sociedad prometedora en la que poder florecer como la mitad de la población de un país y eliminar los estereotipos sobre nosotras. Hemos resistido, sudado y trabajado duro, y seguimos haciéndolo con valentía, en contra de la crueldad del terrorismo, la barbarie, el fascismo y la discriminación.

Las mujeres en Afganistán hemos luchado durante veinte años contra los injustos y terribles tiempos de una sociedad patriarcal. Mi género ha trabajado sin cesar día y noche para eliminar todos los obstáculos y las barreras hacia la libertad, la justicia y la integridad. Éramos conscientes de que habíamos llegado lejos y de que el camino está aún lleno de baches, pero estábamos decididas a luchar contra la mentalidad patriarcal y garantizar nuestro lugar en la política, la economía, las artes, la educación y todos los demás sectores.

Hemos aprendido a defender la igualdad, la justicia, los derechos humanos, los derechos de la mujer y los derechos del niño. Mi género estaba trayendo cambios dentro de nuestras comunidades, donde tanto las niñas como los niños estaban siendo tratados por igual.

Hasta el pasado agosto, había esperanza, compasión, fuerza y resistencia en el corazón y la mente de las mujeres en Afganistán.

Pero, ¿qué está pasando ahora? Las mujeres en Afganistán se ven privadas incluso de la educación. La mitad de la población de un país ha sido oprimida y expulsada de todas partes. Los talibanes no están dispuestos a abandonar su ideología sobre las mujeres. Sin embargo, están actuando de forma engañosa para ser reconocidos por la comunidad internacional.

Si no luchamos contra el fascismo, la dictadura y la mentalidad patriarcal, será una vergüenza para toda la humanidad. Si hay mujeres que, en pleno siglo XXI, siguen viviendo en la oscuridad, todas habremos fracasado como feministas, humanistas y activistas.

Después de todo, todas somos hermanas. Son nuestra resistencia y nuestras luchas lo que nos une en la pugna por nuestra libertad y nuestros derechos. Es nuestra resistencia la que podemos ganar. Las mujeres pueden contribuir en cualquier sociedad tanto como los hombres. Debe haber igualdad educativa y social para las mujeres en cualquier parte del mundo.

Hago un llamamiento a todas las feministas, humanistas y activistas del mundo para que, por favor, no se queden calladas, que hablen por las mujeres en Afganistán. Coged vuestro bolígrafo y escribid sobre nosotras. Sin perder más tiempo, estar al lado de las mujeres afganas en su lucha y encontrar herramientas para presionar a los talibanes por parte de vuestro gobierno es lo mínimo, lo mínimo, que se puede hacer.

Además, quiero pedir humildemente que utilicéis también vuestros recursos para las siguientes acciones: 

1. Evacuando a más mujeres en riesgo en Afganistán a finales de diciembre de este año.

2. Defendiendo la causa y manteniendo una presión constante sobre los gobiernos locales y las organizaciones internacionales en nombre de las mujeres y niñas afganas para garantizar que se escuchen sus voces y se protejan los derechos humanos en Afganistán.

3. Proporcionando becas de educación y tutorías para mujeres y niñas que ahora son refugiadas en su país.

4.Brindando, por favor, a las estudiantes afganas la oportunidad de continuar su educación también en aquellos países donde no se reconocen los títulos educativos de Afganistán.

5. Y mediante donaciones a ONG sobre el terreno en Afganistán para la entrega de alimentos y suministros de emergencia.

Traducción: Fernando Gómez