Las polémicas recurrentes sobre el uso no sexista del lenguaje son, tal vez, el rasgo más definitorio de que una sociedad ha llegado a la opulencia. Solo en los países desarrollados, donde la principal preocupación de los ciudadanos no es qué van a comer al día siguiente, se producen estos debates en torno a un problema que, en realidad, no es tal. Debemos felicitarnos, por tanto, de que uno de los grandes debates de España sea el que los políticos no digan a cada momento «todos, todas y todes» cuando se refieren a un grupo numeroso de personas. 

En España tenemos la enorme suerte de que la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo es una militante comunista, rasgo que no se da en ningún país avanzado y que tal vez explique por qué tenemos un paro que triplica el de los países de la UE. A cambio tiene tiempo suficiente para promover el lenguaje inclusivo cada vez que le acercan un micrófono. Suyo es el concepto de ‘matria’, pero también el de ‘autoridadas’, dos hallazgos lingüísticos de primer orden que la RAE, conocido reducto heteropatriarcal y capitalista, se niega a incorporar al diccionario.  

Los padres de nuestra matria chica, los diputados, diputadas y diputades de la Asamblea Regional han echado también su cuarto a espadas en relación con este asunto. Lo han hecho a través de una moción de los parlamentarios errantes expulsados de Vox que proponía erradicar del ámbito público el llamado lenguaje inclusivo. El PP ha aprobado la moción con una ligera matización para eliminar sanciones, pero lo más interesante es que, con su voto de esta pasada semana, los populares se enmiendan a sí mismos y cuestionan su propia estrategia institucional, puesta en marcha, precisamente, para que el lenguaje no sexista sea un requisito transversal en la administración.  

"El Portal de Igualdad, gestionado por la vicepresidencia y dedicado a promover el lenguaje inclusivo es una web maravillosa por las aportaciones normativas a la neolengua no sexista pero, sobre todo, porque indica que es una copia de un manual para el lenguaje no sexista editado por el Ayuntamiento de Avilés".

El colmo de lo imaginativo es el voto a favor de la vicepresidenta murciana y consejera de Mujer, Igualdad, LGTBI, Familias y Política Social, cuyo departamento gestiona un llamado Portal de Igualdad dedicado entre otras cosas, ¿adivinan? Pues sí, a promover el lenguaje inclusivo. La web es maravillosa por las aportaciones normativas a la neolengua no sexista pero, sobre todo, por su última línea, en la que el Gobierno de López Miras (sic) indica que es una copia de un manual para el lenguaje no sexista editado por el Ayuntamiento de Avilés.  

En ese portal, el Gobierno de López Miras (sic) recomienda utilizar ‘la perspectiva de género’ en el lenguaje y denuncia que «el uso sexista de la lengua es reflejo de una sociedad androcéntrica (sic) en la que se valoran las capacidades y funciones de los hombres y se oculta y no reconoce las atribuidas por las mujeres». En consecuencia, hace unos días todos sus diputados votaron exactamente en contra de eso mismo en el Parlamento regional. No pasa nada. Los populares murcianos tienen como norma decir una cosa y hacer la contraria, como sabe bien quien haya tratado con ellos, no nos vamos a escandalizar ahora por esa nimiedad. 

Pese a todo, una moción parlamentaria no sirve absolutamente para nada salvo para entretener a los diputados y fijar la posición política de los partidos sobre una cuestión concreta. Por tanto, la aprobación de la propuesta de abandonar el lenguaje inclusivo carece de efectos prácticos, porque el PP no va a cancelar las partidas destinadas a implantar la perspectiva de género ni a modificar la abundante normativa autonómica existente al respecto. Se trata, como siempre, de agradar a la izquierda con los votos de la derecha. En eso, los ninis del PP murciano son unos virtuosos.