Juanito García Caballero, que fue alcalde falangista de Puerto Lumbreras durante los últimos treinta años del franquismo, tuvo todavía vocación, ya oportunamente convertido al liberalismo, para presentarse a las primeras elecciones municipales democráticas de su pueblo, y resultó elegido, un suceso que ahora ya a nadie puede sorprender. Su primera intervención en el pleno fue para dirigirse al alcalde, el socialista Emilio García, con estas palabras: «Colaboraré con usted en la solución de los problemas de Puerto Lumbreras, que conozco muy bien, ya que soy yo quien los ha creado».

Me vino al instante esta fabulosa anécdota cuando escuché al presidente de la Comunidad, Fernando López Miras, ausente durante los primeros cuatro días de la mortandad masiva de peces en el Mar Menor, asegurar el quinto que «tengo muy claro que este es un problema que no ha generado este Gobierno regional, y tengo igual de claro que seré yo y este Gobierno el que lo va a solucionar». La frase es menos brillante que la de Juanito, pues no admite la mayor, y es que el PP gobierna esta Región desde hace veinticinco años y con mayorías absolutas, incluso con los remiendos actuales. Antes de investirse de MarMenorMan y exigir al Gobierno central que le deje las manos libres para actuar a su manera, el presidente de la Comunidad debería haberle echado un vistazo al Estatuto de Autonomía, gesto que le aclararía todas las dudas. Veamos:

Estatuto de Autonomía. Artículo 10 Uno: «Corresponde a la Comunidad Autónoma de Murcia la competencia exclusiva en las siguientes materias». Apartado 7: «Proyectos, construcción y explotación de los aprovechamientos hidráulicos, canales y regadíos de interés para la Comunidad Autónoma, cuando el cauce integral de las aguas se halle dentro de su territorio, Aguas minerales y termales».

Bien, ¿está el Mar Menor ubicado íntegramente en territorio de la Región? ¿Están el acuífero cuaternario y las cuencas de las ramblas vertientes al Mar Menor radicados ‘integramente’ en la Región de Murcia? Pues en tal caso es el Ejecutivo de López Miras y no otro el que tiene que atender a todo lo relativo al Mar Menor.

El debate sobre quién tiene las competencias sobre el Mar Menor está resuelto en el Artículo 10, Apartado 7 del Estatuto. Otra cosa es que López Miras no haya tenido tiempo de leerlo. Por esto ha pedido que el Gobierno central le traspase las competencias en Costas y en ramblas. Las ramblas locales, como las carreteras comarcales, ya son de su competencia, aunque parece que todavía no se ha enterado, lo que explicaría muchas cosas, y las costas del Mar Menor también pertenecen a su jurisdicción administrativa y política.

Tribunal Constitucional. Por si todavía quedara alguna duda al respecto, podemos remitirnos a la sentencia del Tribunal Constitucional de 1994 contra el recurso del PP a la Ley del Mar Menor del socialista José Fuentes Zorita, que de no haber sido derogada por el Gobierno Valcárcel en 2001, después de haberla incumplido sistemáticamente, nos habría ahorrado todos estos horrores. En dicha sentencia se expresa con toda nitidez que la Comunidad murciana es competente en el dictado de directrices urbanísticas en la costa, en saneamiento integral, en el control de los vertidos urbanos (municipales, se entiende) y agrícolas, etc.; en definitiva, la Comunidad es responsable absoluta en la ordenación de todo cuanto concurre en el entorno del Mar Menor. Tiene obligaciones propias en todo lo concerniente a la Planificación Territorial, un concepto que curiosamente el PP ha hecho desaparecer de los organigramas. Lo dice el Estatuto y lo dice el Tribunal Constitucional. ¿Quién más tendría que decirlo?

155. La competencia que cabe atribuir al Gobierno central sería la aplicación del 155 constitucional para hacerse cargo de las responsabilidades sobre Medio Ambiente encomendadas al Gobierno regional, algo que el propio López Miras pidió explícitamente en octubre de 2019, cuando tras vitaminarse de espíritu patriótico en el Día de la Hispanidad se vio sorprendido esa misma tarde por la primera anoxia en el Mar Menor. Entonces pidió, y ahí está la hemeroteca, que el Gobierno central se hiciera cargo del asunto. Y es que gestionar, lo que se dice gestionar, no es lo suyo, y a las pruebas nos remitimos.

Liquidar el ecosistema. Aclarado esto, vamos a otra cuestión. ¿Para qué quiere López Miras las competencias de Costas? Esta reivindicación ya la hizo su antecesor, PAS, con el objetivo nada sutil de legalizar Puerto Mayor. Ahora se trata de abrir las golas, es decir, inundar el agua del Mar Menor con la del Mediterráneo, asumiendo tardíamente una de las propuestas de Vox y esto contra toda consideración científica alejada de las que están a sueldo del Gobierno. Abrir las golas supone renunciar definitivamente a la conservación del ecosistema único y singular que significa en el mundo el Mar Menor, y enmierdar de paso el Mediterráneo. Quieren convertir un espacio de naturaleza excepcional en una poza del Mar Mayor, dar como hecho consumado la degradación ecológica singular, con la pérdida para la Región de su patrimonio natural más preciado antes que tomar medidas incómodas para el lobby de la agroindustria intensiva y para el de la construcción especulativa que ha convertido La Manga y sus alrededores en un nido de abejas urbanístico, y lo que podría haber sido un modelo mundial se ha convertido en pesadilla local.

Sin noticias de los lobbies. Tiene narices que en la tardía comparecencia del presidente a rastras de los acontecimientos, no hubiera ni una sola alusión al amplio aparato de agresiones al Mar Menor que han producido la sopa verde y una montaña de fauna marina ahogada por los nitratos, precisamente en una laguna hiperoxigenada. Su tardía aparición en escena, queríamos creer, pudiera haber estado producida por la necesidad previa de reflexión, pero salió con su habitual toletole contra Sánchez, un gesto que ya rebasa lo ridículo. Mi opinión es que él mismo lo sabe, pero se trata de un recurso de comunicación que intenta establecer el siguiente dilema: o se está conmigo o se está con Sánchez. De esta manera intenta desmovilizar de las protestas a aquellos ciudadanos que, siendo votantes, simpatizantes o inclinados a la derecha, están indignados por la situación. Viene a decirles: chicos, si protestáis sois cómplices de los socialcomunistas. Para desdibujar sus responsabilidades políticas, el presidente ha insertado en sus cuentas en redes sociales la imagen de la raspa del pez y el logo ‘SOS Mar Menor’, como si ese SOS no se dirigiera a él en su calidad de máximo representante del Estado en la Región con todas las competencias sobre la laguna salada a su cargo.

El sol y ministra. En realidad, López Miras tardó en comparecer porque en un primer momento su aparato de comunicación, con La 7 a la cabeza, intentó blanquear la mortandad de los peces como consecuencia de la ola de calor, el cambio climático y tal, un fenómeno como los incendios en Grecia o las inundaciones en el Norte de Europa. Algo así como si se tratara de caprichos de una Naturaleza desatada. Pero no coló, porque es raro que el único mar del mundo donde estén muriendo los peces sea el Menor, tal vez porque cada día entran a él 3.000 kilos de nitratos y el Gobierno regional no está haciendo nada para reconducir el modelo de agricultura asesina que practican ciertos lobbys perfectamente identificados por la Fiscalía que se escudan en el buen nombre del oficio de agricultor.

Además, incurrieron en contradicción: si todo era culpa del calentamiento global, ¿por qué denuncian ante la Fiscalía a la ministra de Transición Ecológica? Como finalmente la ola de calor no era políticamente culpable dispararon hacia Moncloa, que siempre está ahí para estos casos. El problema es que la mejor iniciativa para solicitar la colaboración del Gobierno central no es empezar denunciándolo para después asegurar que este no es un conflicto entre partidos, una vez que perciben que el personal, cuando observa un problema real, prefiere la colaboración entre Administraciones antes que éstas anden a pedradas.

¿Dimisiones? No, gracias. En realidad, este Gobierno no tiene compromiso alguno con el medio ambiente. Es notorio, nadie diría que esa competencia es un rasgo notable de su perfil. López Miras aprovechó que el Pisuerga del coronavirus pasaba por el Valladolid del estado de alarma para derogar por decreto-ley las normativas que todavía limitaban las iniciativas del tipo «lo hago por mis santos cojones». El actual consejero de la cosa, un tal Luengo, fue antes director general del Mar Menor, un chiringuito pantalla que ni el de Toni Cantó, pues solo disponía de una mesa, un sillón y, naturalmente, un sueldo. Se supone que ascendió a consejero por los servicios no prestados, y ahora tiene bajo su mando a una nueva directora del Mar Menor que ha declarado públicamente que carece de medios para ejercer su función, aunque puede estar tranquila, pues aunque no se lo hayan dicho, su función consiste en hacer nada, como antes y ahora, su jefe. Y aquí nadie dimite. Que dimita Sánchez.

La clave es Vox. En todo esto hay una clave fundamental. El PP ha entrado en pánico ante la posibilidad de que Vox, que arrasó en el entorno del Mar Menor en las elecciones generales, pueda hacerse con el santo y la peana por sus propuestas de soluciones libérrimas, cómplices del lobby de los nitratos: empleos y, en consecuencia, votantes. Por tanto, el PP ya empieza a asumir el prograna de Vox, y Vox pide la dimisión de López Miras para evitar que éste se haga con su programa. El adversario del PP, en este contexto, no es el PSOE, que en su ingenuidad y con la intención de ofrecer una imagen de consenso y de oposición colaborativa, votó a favor hace pocos meses de una tímida Ley del Mar Menor que ni siquiera se cumple ni se cumplirá; de hecho, el propio López Miras la ha derogado en la práctica al pedir la transferencia de Costas para liquidar, mediante la apertura de las golas, el ecosistema tradicional marmenorense. No es, pues, el PSOE sino Vox, que le pisa los talones en la franja litoral, lo que ha estimulado al presidente a anunciar su nuevo papel de MarMenorMan contra Zapatilla Sánchez. ¿Cómo no va a saber él cómo resolver el problema del Mar Menor si ha sido su partido el que lo ha creado?