Siempre he oído decir que los peores ministros son los del mismo gremio. Concretamente el ministerio de Justicia en manos de un juez no suele tener éxito, ya que no es un gestor. No sé si es eso es verdad, pero si se atiende al cesado ministro (a los 19 días de la tramitación de los indultos), parece cumplirse esa norma, porque algo de razón tienen los que afirman que ya ha cumplido su papel. Espero que ahora no vuelva a la Audiencia Provincial de Cádiz sin un previo reciclaje con el transcurso de un tiempo, para no empalmar política con judicatura. Aunque tendría todo el derecho del mundo a hacerlo, pues no se ha modificado (en mi opinión debía haberse hecho ya), la ley que lo autoriza.

De juez a jueza para el mismo ministerio. Pilar Llop entra a formar parte de este nuevo Gobierno, donde por cierto la paridad entre hombres y mujeres ha saltado por los aires. Pero como ha dicho el Tribunal Constitucional, si la discriminación es positiva, en este caso, como en la ley de violencia de género, lo es a favor de la mujer es válida. No hay nada más que añadir.

A esta ministra nueva espero no se le pueda aplicar el rumor de que ningún presidente/a quiere rodearse de personas que le hagan sombra. De ahí el cese probablemente de Ábalos por superar a su presidente en el caso Delcy Rodriguez. A la señora Llop ya se le están abriendo las puertas, al menos por una asociación judicial, la del Foro Judicial Independiente. Y supongo que también dentro de poco, por Jueces para la Democracia, por ser más o menos de su ideología personal. Falta saber lo que van a decir la Asociación Profesional de la Magistratura (mayoritaria) y la de Francisco de Vitoria, que supongo están a la expectativa de los cien días de cortesía.

El Foro Judicial Independiente, el 3 de diciembre pasado ya pidió la dimisión del ministro entonces Juan Carlos Campo. Las razones esgrimidas para esa petición eran que no hacía caso a Europa. Concretamente, al Comisario de Justicia, señor Reynders, que pedía que al menos la mitad de los vocales del Consejo General del Poder Judicial fueran elegidos por jueces de carrera. Insta esa asociación judicial a la nueva ministra a que aborde esa cuestión, además de renovar de una vez a los miembros de ese Consejo, que solamente llevan más de dos años y medio en funciones. Asimismo, le piden que acabe con los nombramientos discrecionales y con las puertas giratorias.

En cuanto a lo primero, no sé muy bien a qué se pueden referir, pues si es a los nombramientos de cargos que realiza el Consejo General del Poder Judicial, la ministra carece totalmente de competencias, y si es a sus propios nombramientos en el ministerio evidentemente hará, lo que le de la gana, que para eso es ministra. Pondrá a personal de su confianza y afín a su ideología. Lo contrario sería absurdo. En cualquier caso, la Sala Tercera del Tribunal Supremo, o de lo contencioso- administrativo, que tanto trabajo va a tener con los recursos presentados contra los indultos, se pronunciará si se recurren los nombramientos.

Y en cuanto a las puertas giratorias, entendidas como término peyorativo aplicado a los funcionarios que pasan de una Administración, que ejerce el control sobre una industria en particular a una empresa de dicha industria, ojalá pueda la nueva señora ministra frenar tal costumbre, moda o desmadre, como quieran ustedes llamarlo.

Adiós al amortizado y quemado exministro Campo. Bienvenida Llop, a ver si se consigue, de una vez por todas, acabar con el mal endémico de la lentitud de la Justicia.