Este año otro Espacio Natural Protegido de nuestra costa se suma a la excelente novedad de gestión que hace ya cinco años inició el Parque Regional de Calblanque, Peña del Águila y Monte de las Cenizas cuando emprendió su sistema de regulación veraniega de accesos a través del autobús Calblanque 4:40. 

Se trata de que la dirección general de Medio Natural ha puesto en marcha un trasporte público para acceder a las playas del Parque Regional de las Salinas de San Pedro con el objetivo de afrontar, aquí también, el principal problema con el que cada temporada se enfrenta este privilegiado humedal y espacio costero de nuestra red de Áreas Protegidas, que no es otro que el de la sobresaturación de vehículos que acceden en verano para trasportar a la gran cantidad de personas que desean disfrutar de sus excelentes playas. Desde hoy quienes quieran acudir a las playas de La Llana y de la Torre Derribada disponen de un servicio gratuito de lanzadera, de tipo ‘trenecito’ turístico, que los trasportará a la playa tras dejar su vehículo particular en un parking gratuito junto a la entrada del Parque. 

Con otro modo de gestión, y sin duda con mucho recorrido de mejora hacia el futuro, esta iniciativa intenta aproximar el Parque Regional de San Pedro a la excelente idea de gestión con el que el bus Calblanque 4:40 va demostrando cada temporada veraniega que conservación, uso público y calidad de la experiencia turística pueden ir de la mano en los espacios protegidos litorales.

Aunque estas propuestas sean una novedad para nuestra región, no lo es en el ámbito europeo o español. Numerosas áreas protegidas, litorales o interiores, que por sus características y su atractivo tienen gran frecuentación de visitantes, han adoptado formas iguales o parecidas de regulación de acceso. Son medidas obvias, lógicas y muy positivas. La conservación de Calblanque se viene beneficiando de la reducción del impacto ambiental que suponen los vehículos en grandes cantidades, y sin duda en un parque regional sin coches los usuarios de las playas encuentran de forma más evidente el ambiente que precisamente buscan al ir a esta zona, un paisaje más natural, una visita más tranquila y un baño más agradable. La propia imagen turística de las playas de Calblanque, y con ella la de la Costa Cálida, se ve reforzada, y a esta línea de actuación se van sumando ahora, poco a poco, las salinas de San Pedro.

Toda medida que, como éstas, contribuyan a conservar las áreas protegidas no sólo son positivas sino que ya tardaban en verse aplicadas. Debemos de ser conscientes de lo que tenemos, en Calblanque, en San Pedro o en otras zonas litorales que de momento no han tenido la misma fortuna en la gestión, y ajustar las formas de uso público y de acceso a la calidad ambiental y turística que estas zonas merecen. 

De modo que, en este verano, a Calblanque y a las Salinas de San Pedro, en trasporte público. Y a seguir avanzando.