Soy uno de los miles de docentes de la enseñanza no universitaria de esta Región, por lo que usted es, desde ahora, mi superior. Leo, por lo tanto, con interés su declaración de intenciones publicada en la prensa y siento, cuanto menos, inquietud por lo que leo. Voy a intentar explicar por qué. Hasta ahora, yo venía pensando que entre todos los que formamos parte de la administración pública nos regíamos por los principios de la legalidad democrática. El Parlamento español dicta leyes y las distintas comunidades autónomas, sin salirse de ese margen, tenían la potestad de adaptar o concretar su legislación. En un siguiente paso, los centros educativos, sin salirnos del margen de la legislación autonómica o nacional, podemos también concretar nuestros proyectos educativos. Y, sin embargo, leo atónito sus primeras declaraciones como Consejera de Educación, en las que habla, cito textualmente, de “la defensa que debemos organizar frente a los ataques… que supone la ley Celaá”.

¿Dónde me he perdido, señora Consejera? ¿El Estado de las Autonomías ha dado paso a otro tipo de organización donde cada Región acata las leyes nacionales que considera? ¿Se imagina que el director de un centro educativo hiciera una declaración similar respecto a una normativa, fuera nacional o autonómica? Sería expedientado, y con razón. Puedo entender que el partido político del que usted procede sea heredero de quienes en 1978 votaron en contra de la Constitución pero, desde el momento en que acepta un cargo institucional en España, ha de acatarla y someterse al sistema legal que establece. Se me haría muy complicado transmitir unos valores a mis alumnos cuando mi propia Consejera juega a ser antisistema. Si no me equivoco, el artículo 155 de la Constitución se puede aplicar también fuera de Cataluña.

Y, por no extenderme a otros aspectos de su escrito, quiero terminar dándole un consejo: entiendo que acaba de ser nombrada pero compórtese como tal, como una Consejera de una Comunidad Autónoma. ¿Qué es eso de “si queremos derrotar a este gobierno liberticida”? ¿Ni siquiera va a intentar fingir que quiere ser la Consejera de todos los murcianos? Se queja de que “los sindicatos se han levantado contra nosotros aún antes de habernos nombrado” (Consejera, ese “aun” no lleva tilde): no se lo ponga tan fácil.